El 18 de febrero de 2019 no fue una fecha cualquiera para Mario Magañaz, ni para sus otros ocho hermanos. Ese día se cumplía exactamente un año desde el fallecimiento de su madre Sara, y los recuerdos que tiene de ella son positivos, cargados de amor y añoranza por una mujer que sacó adelante sola a sus nueve hijos.
Ex trabajador de una municipalidad en la Región Metropolitana, Mario actualmente tiene a su señora, dos hijos y una nieta. Pero su madre siempre estaba ahí: cada vez que salía del trabajo acudía a su hogar y tomaba un café con ella. “Azúcar, café y agua, siempre decía eso y lo acompañaba con galletas”, cuenta Mario.
“Fue una mujer muy sacrificada, mi papá falleció muy joven y mi mamá tuvo que luchar por nosotros. Mi madre siempre nos enseñó a ir con la cabeza en alto, que el que nada hace nada teme, decía”, agrega.
Hace poco más de un año su madre dejó este mundo, un triste acontecimiento que Mario ha sabido sobrellevar durante estos meses, con los momentos vividos con su madre siempre presentes en su mente y en su corazón. Incluso, durante los meses del último invierno acudía al Parque Américo Vespucio Nueva Etapa junto a un termo para tomar café junto a su madre. Después, siguió yendo con regularidad al parque faltando, según cuenta, apenas diez veces desde que falleció.
“Se siente mucho dolor. Hasta el momento yo por lo menos todavía lamento la partida de mi madre; la echo mucho de menos. Si estoy en la casa desocupado parto altiro al cementerio”, confiesa Mario, quien agrega que en Parque Américo Vespucio Nueva Etapa los guardias y la gente que trabaja ahí ya lo conoce.
En el día a día, Mario siente la presencia de su madre física y espiritualmente: “Tengo varias cosas de ella. Tengo un perfume, una foto en el refri de mi casa, y también la tengo en mi mente. Todo el tiempo se le recuerda. Siempre se está hablando de ella, recordándola cuando voy a la casa. Es una forma de mantenerla viva en nuestros corazones”. Día de la Madre
El Día de la Madre será una fecha especial para Mario Magañaz y su familia. Será la segunda que vivan sin su madre y ya está planificando junto a sus hermanas y hermanos una linda costumbre: juntarse, almorzar en la casa de su madre y luego partir al cementerio a estar con ella.
A las puertas de una nueva celebración que conmemora a las madres del mundo, Mario solo tiene buenos recuerdos de Sara y aprovecha de aconsejar a quienes han perdido a su progenitora: “Lo importante es quedarse con lo bonito, con lo que ella nos enseñó. Madre hay una sola, como siempre se ha dicho, y para que siempre esté presente, hay que recordarla con amor”.