El duelo es distinto en cada persona, y por ende, se puede vivir con diversas intensidades. Tampoco tiene un tiempo ni una forma definida de ser enfrentado.
Sin embargo, en ocasiones el duelo puede derivar en emociones negativas y/o en desórdenes psicológicos como la depresión o la tendencia al aislamiento. Por eso es importante que nos preguntemos, ¿cómo sabemos si necesitamos ir al psicólogo?
Visitar un psicólogo mientras vivimos un duelo no implica que estemos mal o que tengamos algún problema psicológico. Durante el duelo pueden haber distintos motivos para asistir a la consulta de un especialista de la salud mental. Algunos ejemplos son: querer sobrellevar de mejor manera la pérdida, sentirnos confundidos tras un fallecimiento, o querer trabajar las emociones que se generan tras el fallecimiento de una persona importante.
Por eso, es recomendable que asistas a un especialista si tienes dudas sobre cómo estás elaborando el duelo. También si quieres contar con un espacio de expresión emocional que no encuentras en otra parte, o si sientes que el proceso te ha estancado.
¿Cuáles son las señales de emociones negativas?
Ahora bien, hay ciertas señales que nos indican que el proceso de duelo puede estar interfiriendo con nuestra salud mental. En esos casos es importante buscar ayuda.
Una de las señales de alerta más importantes es cuando se desea querer morir. Es común, tras perder a un familiar, que sientas que el mundo perdió su color y que vivir sin esa persona carece del atractivo que tenía antes. Sin embargo, cuando estas sensaciones van más allá y se convierten en un deseo activo y permanente de abandonar la vida, entonces se recomienda asistir a un especialista lo antes posible.
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Otras señales pueden ser un aumento considerable en la irritabilidad, al punto de empezar a afectar tus interacciones personales. Alejarse de los círculos familiares o de amigos, también es una señal a considerar. Importante considerar asistir al psicólogo debido a que el duelo favorece la aparición de ciertos patrones de comportamiento que pueden generar una distancia entre la persona y sus redes de apoyo más allá del proceso de duelo, lo cual puede ir en detrimento de la salud mental.
Es importante entender que la ayuda psicológica en estos casos puede ser útil para acompañarte en el proceso de duelo o para evitar la aparición de patrones dañinos que pueden, o no, generarse tras el fallecimiento de un ser querido. La decisión de asistir al psicólogo es completamente individual, por lo que es importante intentar no prejuiciar a quienes lo hacen, dado que no necesariamente implica algo malo, si no que puede representar también una época de aprendizaje y cambio.
Por Sebastián del Valle.
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