El pasado 11 de septiembre no fue una fecha cualquiera para María Jara, mujer, madre y abuela maipucina de 69 años. Ese día ella conmemoró junto a su familia, a través de un emotivo homenaje, el cumpleaños de su hijo fallecido a principios de 2021.
Y para llegar hasta ese día, María tuvo que elaborar su duelo, camino que ha recorrido junto a sus seres queridos. El poder de la fe y el acompañamiento entregado por el programa Contigo en el Recuerdo, también fueron de gran apoyo para sobrellevar este proceso.
La experiencia de María
“Uno siempre piensa que un hijo va a enterrar a la familia. Era el primer sobrino y nieto de una familia guaguatera, fue un niño esperado”, recuerda María, quien comenta que pese a la pandemia pudo estar junto a sus seres queridos, siempre aplicando medidas de autocuidado.
Tras el fallecimiento de su primogénito, y como si fuera el primer capítulo de la sanación, viajó al campo junto a su esposo, donde vivió parte de su proceso de duelo de la mano de la fe. “Soy católica practicante, participo en grupos de oración y al principio todo fue de forma intuitiva, siempre en torno a la fe”, dice.
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Tiempo después llegaría el paso que ella consideraría como necesario: el llamado del programa Contigo en el Recuerdo y las sesiones de conversación junto a nuestra psicóloga Magdalena López, de quien María solo tiene palabras de agradecimiento.
“Fue muy buena la relación que se formó con ella, es como si nos hubiéramos conocido de antes”, declara. Con alegría recuerda especialmente la que fue la segunda sesión junto a Magdalena, una jornada que confirmó lo que ella ya estaba sintiendo a través de la fe.
“En esa sesión hubo un momento que me dio mucha risa. Magdalena dijo que el duelo era como una montaña rusa y eso yo ya se lo había dicho a mi hermana. Todo lo que ella me dijo era lo que yo había hecho guiada por la fe. Había iniciado el proceso de sanación y ella confirmó eso”.
El cumpleaños del recuerdo
Los días y los meses fueron pasando, y con su fe siempre presente, María sabía que tenía que enfrentarse a un día único: el 11 de septiembre, el cumpleaños de su hijo fallecido.
Y ese día fue especial en todos los sentidos. Con su hija, su nuera y su nieta (hija de su hijo), María Jara lo recordó a través de una comida familiar, y juntas repasaron con emoción los momentos vividos con él. Además, gracias a su fe y al proceso de sanación vivido, María logró cumplir un rol del cual se siente orgullosa: ser el soporte de su familia.
“Había escuchado una misa esa mañana y cuando ellas llegaron yo estaba bien, con mis pilas llenitas. Fui a abrazarlas mientras le pedía al Señor la paz que necesitaban. Fue una celebración súper linda y nos hizo bien a todos”, dice.
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Esa experiencia, afirma, es parte de su proceso de sanación que ha vivido gracias a su fe y al rol que cumplió el programa Contigo en el Recuerdo. “Recuerdo que fue muy gratificante conversar con Magdalena, porque le ponía nombre a lo que sentía, decía o hacía. Fue un gran apoyo para mí y cumplió una bonita labor en este tiempo”.
Actualmente ella vive la que considera otra prueba: un cáncer que se ha estado tratando desde mitad de año, algo que para muchos puede ser una noticia dolorosa y un camino difícil de recorrer, pero que María, de la mano de su creencia y de lo conversado junto a Magdalena, se motiva a enfrentar para estar junto a sus seres queridos: “La fe es lo que me ha sostenido en todo este tiempo, porque miro hacia atrás y digo: «antes, no hubiese podido levantarme«.