Cuando fallece un ser querido, es inevitable sentir un gran dolor y mucha pena. Es en ese preciso momento que las personas comienzan a vivir un proceso de duelo que puede durar meses o años. Lo importante de esta etapa es enfrentarla con tranquilidad, sin presiones, y por supuesto, apoyándose en la familia y en todos aquellos que te rodean.
Enfrentar el duelo no es una tarea fácil, más cuando equivocadamente se piensa que superar este proceso significa olvidar a quien ya no está con nosotros. Lo que sí ocurre, es que el dolor disminuye paulatinamente y se transforma en hermosos recuerdos de los buenos momentos vividos, en diversos homenajes al ser querido que falleció que cobran un gran valor, que fortalecen el alma y llenan de luz el corazón.
Por eso es muy importante entender e internalizar que superar el duelo no es olvidar, por el contrario, es recordar a quien ya partió sin dolor, es darse cuenta que todo lo vivido junto a esa persona fue un gran regalo de la vida, es encontrar un lugar en el corazón destinado a ese ser querido que ya no está, es sentir que el amor no se acaba ni se borra con la muerte.
¿CÓMO MANTENER VIVO EL RECUERDO DE QUIEN YA PARTIÓ?
Cada familia vive el duelo de manera particular y recuerda a quienes ya partieron de acuerdo a su propia individualidad. Con esto en mente, es importante mencionar que no hay una formula única para mantener viva la memoria del ser querido que falleció, pero si existen alternativas que se pueden considerar, y que ayudarán a homenajear a las personas que ya no está con nosotros.
Una forma de mantener vivo ese recuerdo, es realizar actividades que se sientan como un homenaje al ser querido y nos rememoren buenos momentos, enseñanzas y cualidades de quien ya partió. También es posible intentar darle otro significado a la pérdida, transformándola en un amor profundo, en una energía bonita y positiva que acompañe en todo momento.
Frases como “pasa la página”, “intenta olvidar” o “no debes pensar en ello” pueden generar cierta confusión, ya que se entiende que superar el duelo pasa por olvidar, y eso no es así. Es por ello que se sugiere evitar este tipo de consejos para no provocar emociones poco constructivas. Hay que incentivar en las personas a recordar desde lo positivo, recuperar la esperanza, comenzar a proyectar el futuro y transformar los afectos, y no invitarlos a desconectarse y borrar de la memoria a quien ya falleció.
Como último consejo, aferrarse al dolor para mantener vivo el recuerdo, no es una manera saludable de homenajear a quien ya no está con nosotros. Es normal no dejar ir la tristeza creyendo que es la forma de conservar a ese ser querido en la memoria y en el corazón.
Es por ello que lo importante es enfrentar el duelo, superarlo según los tiempos personales, recobrar la esperanza y transformar la pena en afectos positivos. El amor por quien falleció nunca se pierde, sino que se aprende a vivir con los buenos recuerdos, el cariño brindado mutuamente y depositarlo en todo aquello que se da, se hace y se tiene.
«Cuando creas que la vida se ha olvidado de ti,
no dejaré de susurrarte al oído que estoy contigo.
Cuando llegue la nostalgia a separarte de mí,
yo gritaré para que escuche el olvido
que aún no te has ido, que yo sigo aquí”
Estoy contigo – La Oreja de Van Gogh.