Ya sean cercanos, amigos o la propia familia, vivir el duelo acompañados trae una serie de beneficios para el proceso de cada persona. Justamente queremos profundizar sobre la importancia de la familia, de estar y reunirse con el clan en torno al duelo.
Compartir, escuchar y apoyar
En primer término, es importante mencionar que al hablar de familia nos referimos a quien la persona en duelo considere como tal, ya sean los padres, tíos, abuelos o incluso amigos.
Hecha esta distinción, queremos destacar el papel que juega la familia cuando fallece un ser querido, especialmente cuando estamos reunidos y juntos.
Según Constanza Guzmán, psicóloga colaboradora de Contigo en el Recuerdo, “las redes de apoyo son esenciales en este proceso, por lo que considerar a la familia como fuente principal es recomendable”.
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La experta profundiza y detalla que nuestros seres queridos “pueden compartir el dolor”, y que es altamente probable que tengan “experiencias compartidas” para validarse los unos a los otros en torno al duelo.
“Es un rol de apoyo, en el que se puedan escuchar entre ellos, donde traten de entender las necesidades emocionales de cada uno, que pueden ser distintas: algunos pueden necesitar más espacio, otros más contención física, entre otras”, detalla.
En este caso, el ejercicio anterior puede permitir la reunificación familiar, en caso de que se haya perdido tras la muerte de un ser querido.
Expresión de la emocionalidad
Otro elemento clave de reunirse en familia en torno al duelo es la posibilidad de expresar nuestras emociones y sentimientos de manera transparente y sincera, lo que es beneficioso para la elaboración de este proceso.
“Como aún hay una especie de tabú respecto a la muerte y el duelo, existe una tendencia a inhibir la emocionalidad pudiendo aumentar significativamente el dolor y sufrimiento de la persona durante este proceso”, comenta Constanza Guzmán.
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Con la familia podemos reunirnos y hablar todos los temas, muchas veces sin las trabas que otros grupos, o nosotros mismos, podemos poner. Esa es la gracia de estar en un entorno que te respete y te cuide.
Por eso, la frase clave acá es generar un espacio cómodo para hablar y sentir abiertamente todo lo que está en nuestro interior, exteriorizándolo o no según como nos sintamos. “Puede ser bastante beneficioso expresar nuestras emociones, para así aliviar nuestro dolor”, dice la profesional.
¿Y qué pasa si quien fallece no es de la familia?
Muchas veces nos encontramos con la noticia del fallecimiento de un cercano, como por ejemplo puede ser un compañero de trabajo o de colegio. En estos casos, reunirse en torno al duelo es importante para dar apoyo, escuchar y compartir aquello que la persona en duelo quiera decirnos.
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“A pesar de contar con una menor conexión y experiencia compartida, se puede apoyar desde la empatía y escucha activa. Podemos dar soporte emocional, entendiendo que esta persona está pasando por un momento difícil y único. Debemos tener cuidado en no presionar o apurarle, dando el tiempo y el espacio que necesite”, apunta Constanza Guzmán.
De esta forma, cierra la experta, lograremos saber cómo aportar a quien sufre según sus necesidades, y validaremos el proceso de duelo de la persona.