Resignificar las fiestas de fin de año

Las fiestas de fin de año pueden no ser tan emocionantes si es que estamos viviendo un duelo, ya que probablemente estemos  tristes por la pérdida de nuestro ser querido y no tengamos deseos de celebrar.

“En este escenario, es posible que las personas no le encuentren sentido a estas celebraciones”, explica Francisca Madrid, psicóloga colaboradora de Contigo en el Recuerdo.

Puede ocurrir que nuestro duelo coincida con algunas fiestas y esto es normal. No es necesario celebrar, pero si es posible darles un nuevo significado a estas fechas.

La familia es la clave

Para resignificar las celebraciones como Navidad y Año Nuevo, en primer lugar, debemos identificar lo que nos incomoda de estas fiestas y hablarlo con nuestros seres queridos.

En ese sentido, “reunirnos con nuestra familia previamente, nos permitirá expresar nuestras expectativas, necesidades y temores con respecto a estas instancias”, comenta la psicóloga.

Video:¿Cómo resignificar las fiestas de fin de año?

“Es importante que cada uno de los integrantes de la familia exprese su sentir con respecto a los elementos propios de las fiestas”, comenta Francisca, agregando que, de esta manera, podrán buscar una alternativa de sobrellevar estas celebraciones que les haga sentido a todos.

Rechazo a las fiestas

Sin embargo, también puede ocurrir que, frente al dolor de la pérdida, las personas no quieran pasar estas fiestas de ninguna manera. 

Muchas familias en duelo deciden no celebrar debido a la pena y al vacío que sienten al recordar al ser querido fallecido. No obstante, evadir estas instancias y vivirlas en soledad puede incrementar la tristeza y el dolor.

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“Lo que ocurre al negar y esconder el dolor, es que éste crece más y más”, dice Francisca Madrid. Por eso, agrega, “debemos organizar una instancia que nos permita conmemorar y honrar a esa persona, a un ritmo y de una forma que sea adecuada para cada familia”.

Esto podemos hacerlo a través de unas palabras, de la escritura, de un poema, entre otras acciones. Estas pueden realizarse durante algún momento breve, antes de la comida o después, por ejemplo. Lo importante es que todos estén dispuestos a conmemorar el legado del fallecido juntos.

Recordemos que es muy importante expresar nuestras emociones para que podamos sobrellevar de buena manera este proceso. Por eso, es bueno que todos participen, incluso los más pequeños del hogar.

Ellos deben saber que con nosotros tienen un espacio seguro para que puedan expresarse y aprender del dolor.

“De esta manera, podremos abrirnos a la posibilidad de encontrar una esperanza, un sentido al misterio de la experiencia tan extraordinaria que es la vida y la muerte”, concluye la psicóloga Francisca Madrid.

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