Pasar por un duelo y vivir la pérdida no necesariamente significa decir adiós, ya que aún podemos reconectar con nuestros seres queridos a través de distintas formas.
Algunas personas continúan las rutinas de sus seres queridos para seguir sintiéndose cerca de ellos, o también conversan con sus fotografías. De la misma forma, rezarles es un lindo modo de reconectar.
Y también hay otro modo de hacerle honor a la relación que hubo, con sus altos y bajos, y con todo el amor y admiración que puede continuar existiendo tras la muerte: escribir.
Sanando a través de las palabras
Cuando escribimos, el flujo de nuestros pensamientos y recuerdos pareciera pausarse para que podamos verlo más detenidamente, buscando las palabras correctas con las cuales describirlos.
Al darnos este momento de pausa para escogerlas, podemos ayudarnos a controlar el torrente de pensamientos y a buscar nuevos significados, nuevas perspectivas de lo que sucedió, nuevas formas de narrar nuestra historia.
Una manera de ver el futuro con más esperanza y sin olvidar a nuestro ser querido, puede ser escribiendo la historia que compartimos con él o ella. Puede ser una carta, o un álbum con recortes y pequeñas descripciones. No necesariamente será un libro largo.
Ver video: El poder sanador de la palabra escrita
Con estas palabras escritas los recuerdos quedan inmortalizados y resguardados para que a futuro puedas volver a acudir a ellos. De igual forma, tus hijos, nietos, sobrinos, amigos, quienes consideres importantes, también podrán ser testigos de tus sentimientos, al quedar plasmados en una hoja de papel.
Y aun si nadie lo lee, siendo solo tú quien atesore estas palabras, sea con amor, perdón o enojo, podrás haber encontrado un refugio gracias al cual seguir avanzando en la vida, ya no tan solo ni tan desconectado de tu ser querido.
¿Cómo hacerlo?
Aún puedes escribirle mensajes de amor, cartas de feliz cumpleaños, oraciones, poemas, canciones, o una frase en la que le dices que le extrañas.
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Puedes utilizar un cuaderno, una hoja suelta, un álbum, usar tu computador, escribir en la arena. Lo que a ti más te acomode y te de sentido al momento de querer recordar esa persona.
Con nuestras palabras y emociones, la muerte no tiene por qué ser un punto final.
Por: Psicóloga María José Bononato.
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