Además, de tristeza, el fallecimiento de un ser querido trae consigo diversas dudas y preguntas, y una de las más frecuentes suele ser: ¿Qué hago con sus pertenencias?
“Uno de los momentos más complejos del duelo es ver las cosas de nuestro ser querido fallecido, como su ropa, su cama o sus objetos personales. Verlas donde siempre han estado nos da la sensación de que no ha muerto”, dice María Ignacia Sandoval, psicóloga de Contigo en el Recuerdo.
Ve el siguiente video: ¿Qué hacer con las cosas de un ser querido fallecido?
Todas las personas viven duelos diferentes, por lo que es común que tomen distintas decisiones. “Algunos deciden sacar todo inmediatamente para no sufrir más, mientras que otros prefieren no volver a mirar sus cosas para no recordar”, explica la psicóloga.
Las pertenencias de nuestro ser querido
Sabemos que tomar la decisión de deshacernos de algunas cosas puede ser compleja. Por eso, un primer paso puede ser pensar en los objetos más significativos y que nos gustaría mantener con nosotros.
“Por ejemplo, si tengo muchas cosas de un solo estilo, como la ropa, puedo decidir solo quedarme con las más importantes para mí”, recomienda María Ignacia.
Sin embargo, también es fundamental considerar a los otros miembros de la familia o personas cercanas al ser querido y preguntarles si les gustaría quedarse con algo.
Si no sabemos qué hacer con el resto de las cosas, una buena alternativa es donarlas, venderlas o regalarlas a quien lo necesite, como puede ser el caso de máquinas relacionadas a la salud u objetos que no puedo ocupar.
¿Cuánto debo tenerlas conmigo?
Si nos inquieta saber por cuánto tiempo debemos mantener las pertenencias con nosotros, debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿para qué las tengo?, ¿qué me aportan? y ¿qué me da miedo cuando pienso en regalarlas?
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“Cuando respondo a esas preguntas muchas veces sentimos temor al creer que estamos traicionando a nuestro ser querido o a que sus recuerdos se vayan con sus pertenencias. Esto es absolutamente válido”, asegura la especialista.
Muchas veces ocurre que los objetos de esa persona significativa se mantienen con el fin de negar la pérdida. Sin embargo, esto puede generar que empecemos a vivir en un mundo irreal.
“Pensar que nuestro ser querido aún sigue con nosotros físicamente, no nos ayudará a elaborar el duelo. Aceptar que esa persona significativa falleció es complejo, pero la vida continúa y yo también debo hacerlo”, cierra María Ignacia Sandoval.