Los mitos son narraciones utilizadas para explicar y entender nuestro entorno y de este modo dar sentido a nuestra existencia. En relación al duelo, existen algunas leyendas que nos permiten entender y confrontar nuestras experiencias relacionadas a la muerte y al sufrimiento.
-Prohibido sentirse liberado: La muerte siempre es un suceso no deseado, por lo que podemos considerarlo como algo inesperado. Generalmente cuando fallece un ser querido suele producirse una doble vivencia: sensación de vacío (por la pérdida) y, en ocasiones, también una sensación liberadora.
-El sufrimiento y el duelo infantil son de corta duración: En realidad, la partida de un ser querido conlleva un dolor que nunca termina. Mientras los niños/as crecen y se desarrollan, van descubriendo e incorporando nuevos factores relacionados con la pérdida.
-Los niños pequeños no son capaces de sufrir o experimentar el duelo: Al contrario, los niños/as experimentan estas emociones intensamente. Sin embargo, la expresión no verbal de estos sentimientos no es reconocida por los adultos.
-Todos los que mueren son los mejores: Cuando muere un familiar o un amigo, los comentarios que se escuchan siempre son: “era muy bueno”, “muy querido por su familia”, “tenía muchos amigos”, “siempre ayudaba al compañero…”. Lo importante es tratar de ser objetivo e imparcial respecto a las características y la forma de ser del fallecido, para así evitar idealizar a quien ya partió.
-Para ayudar a los niños/as que han perdido a un ser querido, se debe “terminar” con su sufrimiento: En realidad el duelo y la tristeza nunca terminan, por lo que reaparecen a lo largo de toda la vida. El cariño y la compresión ayudan a procesar esta experiencia.
-Siempre se puede hacer más: Después de la muerte de un familiar, queda una sensación de culpa que es necesario exteriorizar, lo que nos permitirá poder anularlo.
-“A mayor duelo”, mayor signo de cariño: La realidad es que no siempre hay una relación directa entre “manifestación de pena” y amor. Algunas veces, la excesiva tristeza puede ser manifestación de culpa por una mala relación con quien falleció. Es por ello, te sugerimos que la mejor forma de mostrar nuestro cariño es en vida, y sobre todo en el cuidado de la persona que queremos.
-El trauma causado por la muerte de un ser querido siempre ocasiona trastornos emocionales a largo plazo: En realidad, el sufrimiento es una respuesta normal a la muerte de un ser querido. La mayoría de las personas que reciben apoyo y sienten que sus sentimientos y experiencias son validadas, tienden a desarrollarse normalmente.