Cuando fallece un ser querido, todos al interior de la familia recienten la pérdida. Es así como luego de la partida de esa persona importante, adultos y niños comenzarán a desarrollar un proceso de duelo que es diferente en cada uno de ellos, pero que presenta similitudes según la edad y etapa de vida de cada individuo.
En ese contexto, es posible identificar particularidades en el duelo de los niños, que lo hace diferente al proceso que viven los adultos a su alrededor. Es bueno conocer estas características, ya que de esa forma las personas mayores significativas para los más pequeños de la casa, podrán tenerlas de referencia al momento de comunicarles el fallecimiento de un ser querido.
Es así como, por ejemplo, cuando ha partido una persona de la familia, la vida del niño no suele interrumpirse, sino que sigue su ritmo, contrario a lo que ocurre con los adultos quienes se detienen a procesar lo ocurrido. Es por ello que es fundamental y esencial mantener sus rutinas, ya que este es un mecanismo autoprotector que tienen los más pequeños de la casa para enfrentar el proceso de duelo.
Además, en el caso de los niños, ellos habitualmente resuelven el duelo de manera más rápida, pero para poder hacerlo, requieren del apoyo imprescindible de familiares y personas significativas. Es así como los más pequeños necesitan comunicar sus dudas e inquietudes a los adultos, como también expresar sus emociones de la manera en que para ellos sea más cómoda, sugiriendo diversas alternativas como juegos, dibujos, conversaciones o instancias de diálogo, para que de esta forma puedan enfrentar este proceso de la mejor forma posible.
Otro punto importante, es que para los niños el concepto de la muerte es limitado, y va avanzando conforme van creciendo, por lo que todo lo que se les pueda decir al respecto para ellos será algo literal y concreto, en comparación a los más grandes que le dan un significado más global. En ese contexto, es necesario recordar que la información que reciben los pequeños está influenciada por la opinión adulta, por lo que hay que ser consciente de aquello que se les dice a los menores. Más información en “Cosas que se sugiere no decir a los niños que están enfrentando un proceso de duelo”.
Finalmente, hay que tener en consideración que los niños suelen preservar sus áreas vitales (emocional, de la salud, afectiva, social, económica y profesional), por lo que el duelo sólo afectará a uno o dos de los ámbitos principales. Lo anterior invita a estar constantemente pendiente de los más pequeños de la casa, ya que, aunque muchas veces no lo parezca, ellos también sufren y viven un proceso de duelo ante el fallecimiento de un ser querido.
Fuente: Fundaciónmlc.org