Muchos niños y niñas tienen su primera experiencia con la muerte tras el fallecimiento de su mascota: un pez, un pajarito, un conejo, un perro o gato, un hámster, etc. En estas circunstancias, es normal que los padres se cuestionen respecto a qué es mejor para sus hijos, si ocultarles lo que está ocurriendo para que no sufran, o tratar el tema de manera seria.
En estos casos, es común que los padres sientan temor respecto al aspecto emocional de la partida, es decir, la tristeza y el dolor que le acompaña. Es por ello que lo más saludable para sus hijos, es que puedan expresar con lágrimas o nostalgia su pena, y que sean sus papás quienes les cuenten tiernamente qué le ha pasado a su mascota amada de forma sencilla y verdadera.
Cuéntale con ternura que el animal ha fallecido, que ha dejado de respirar y que ya no volverá. También dile que está bien que se sienta triste por su partida, y explícale que tener pena es normal y natural, que ese sentimiento durará un par de días, pero que con el paso del tiempo irá disminuyendo y pasando hasta que nuevamente llegará la alegría.
Haz hincapié en que es mucho mejor hablar de la tristeza y sentirla, que guardársela dentro y fingir que no está ahí. La pena ayuda a curar las heridas, por lo que, si los niños no expresan sus sentimientos, tardará aún más en sanarse.
También es importante que compartas tus sentimientos con tu hijo, ya que es normal que el fallecimiento de una mascota genere tristeza en todos los miembros de la familia, y no solo en los niños. Está bien llorar con tus pequeños en lugar de pretender estar por encima del dolor.
Cuando los hijos ven llorar a sus padres y demostrar su tristeza, aprenden que son formas naturales y normales de expresar sus sentimientos. Cuentale a tus niños cómo te sientes, y por qué estás triste o disgustado por la pérdida que han sufrido como familia. Ser sinceros con nuestros estados de ánimo también nos ayuda a sentirnos mejor.
Pueden realizar juntos un ritual de despedida de esa mascota que ya no estará más con nosotros. Esta instancia de reflexión será de gran ayuda para la familia que está viviendo un proceso de duelo, ya que les permitirá compartir los sentimientos de pérdida, despedirse para siempre de ese animal que fue importante para el niño y para los padres, y además ver y sentir la muerte con naturalidad.
Fuente: “Duelo en la infancia” de Cristina García.