La muerte de un ser querido es uno de los momentos más fuertes que una persona puede vivir en su vida, algo que está presente en cada uno de nosotros y que ha sido materia de investigación para psicólogos y expertos.
En medio se produce el proceso del duelo, el camino que cada persona debe recorrer para adaptarse a la nueva realidad de pérdida del ser querido. En ese instante además se activan una serie de reacciones físicas y psicológicas que afectan a los dolientes y que muchas veces cuesta expresar de forma clara.
Es ahí cuando aparece la necesidad de manifestar y expresar los sentimientos. Y una de estas formas es el arte.
¿Qué es el arte para esos efectos? Según John Jaramillo, en una publicación de la Revista Poiésis, el arte “es ante todo lenguaje, utilizado cuando consideramos que las palabras no son suficientes para expresar aquello que sentimos o que queremos decir”.
El arte funciona entonces como un vehículo que nos facilita tramitar ese sentimiento que nos atraviesa, especialmente en momentos donde la expresión puede suprimirse -de forma inconsciente o voluntaria- como lo es el proceso del duelo.
Complementa esto la arteterapeuta Nadia Colette, quien apunta que las artes ofrecen vías para recuperarse progresivamente del impacto de la pérdida: “La confrontación con la muerte y el dolor de la ausencia son explorados a través del filtro “compensador” del placer creativo”.
Es, en definitiva, parte del proceso de sanación que da el arte en general, el cual se puede manifestar de distintas formas y que también se da en la música.
La ayuda del arteterapia
El arte funciona como una forma de comunicar que no precisa palabras y que es utilizada muchas veces en psicoterapias, como las enfocadas en el proceso del duelo, para la exteriorización de muchas representaciones internas.
Es ahí donde aparece la terapia del arte o arteterapia como una herramienta para superar el duelo. La experta española Beatriz González, quien ha estudiado durante años este fenómeno, indica que el arteterapia se basa principalmente en la hipótesis de que al crear de manera libre, la mente se conecta directamente con el inconsciente permitiendo que afloren sentimientos, emociones, miedos o frustraciones que permanecían ocultas.
En el caso del proceso del duelo, el arteterapia ofrece a los dolientes una instancia de contención y acompañamiento. Un lugar donde la palabra da paso a la creación y la obra es un reflejo de la situación que se estaba viviendo, como parte de la sanación.
Por otro lado, indica Beatriz González, mediante la actividad artística se desarrolla la creatividad personal y nuestra autoestima. Este avance positivo, por cierto, permite también optimizar la capacidad mental, permitiendo además agrandar nuestra visión sobre el mundo y ayudándonos a afrontar el futuro con valentía.
Ya sea a través de una pintura, una fotografía, una escultura o incluso una composición musical, para los expertos es tan importante el proceso de creación como la concreción misma del objeto u obra de arte, ya que en cada etapa se puede exteriorizar algún sentimiento, muchas veces manifestado directamente en la composición artística, que libere al doliente y que le permita procesar esta “nueva vida” que deberá llevar sin la compañía de su ser querido.