Todos los duelos son muy distintos, por lo que su duración y el apoyo emocional que recibirán las personas dependerá de cómo cada uno viva este proceso. Es así como, cuando hablamos de enfrentar la partida de un ser querido en pareja, se establecen las mismas diferencias porque existen individualidades marcadas, pero además hay que sumar un nuevo factor: la dinámica que tienen quienes componen esta relación afectiva.
Puede que hayan perdido a un hijo o a un amigo en común, pero independiente de que ambos estén enfrentando el mismo dolor por este fallecimiento, vivirán, expresarán y aceptarán la partida de ese ser querido de manera distinta, por hay que recordar que son personas diferentes. “Ese es el gran desafío para una relación: entender y aceptar que la forma en como mi pareja vive el duelo es igual de valida a como yo enfrento el mío”.
En estas circunstancias, en que la pareja se encuentra sumidas en un gran dolor por la pérdida de un ser querido, es frecuente encontrar en palabras de cada uno suposiciones, pensamientos e ideas sobre el otro que pueden ser reales, pero que en otras ocasiones son solo suspicacias. Es por ello que es muy importante tener presente en todo momento que el sufrimiento tiene un carácter subjetivo, ya que el dolor dependerá de factores individuales como genética, experiencias de vida o el entorno.
Al tener esto presente, cada persona podrá flexibilizar la interpretación del comportamiento de su pareja en torno a cómo vivencia el dolor. Para poder comprender su duelo es fundamental escuchar al otro atentamente, intentando respetar y validad sus sentimientos, aunque estos no sean iguales a los tuyos. Reconocer los puntos de encuentro y las diferencias, es necesario entender la forma en que mi compañero está asumiendo la pérdida y como se desarrolla su proceso.
Esta empatía suele lograrse en la medida que entiendo los sentimientos del otro y que existe un respeto mutuo. Aunque ambos estés desbastados, juntos como pareja pueden ser más fuertes, cuando se manejan las expectativas de qué se espera del otro. Por supuesto que será normal tener momentos de tensión, donde las decisiones generarán conflictos y la rabia fluirá con mayor facilidad, lo que no quiere decir que por medio de un dialogo abierto, no se pueda enfrentar este proceso de dolor de buena manera, e incluso salir aún más fortalecidos como relación.