Tras el fallecimiento de un ser querido es inevitable enfrentarnos a desafíos prácticos para seguir adelante. Una de esas tareas difíciles es justamente recoger los objetos personales de quien ha partido. A continuación, entregamos seis consejos para que puedas afrontar esta responsabilidad asumiendo la complejidad emocional de esta tarea, así como la necesidad de tomar decisiones que te permitan distinguir qué pertenencias realmente son significativas para ti.
– PIDE AYUDA. Si bien es importante tener tiempo a solas con nuestros recuerdos, los amigos y familiares serán un gran apoyo anímico cuando sientas que ya no tienes energías suficientes para limpiar otro closet o para desarmar su biblioteca. Considera sólo a aquellas personas que realmente tengan deseos de ayudar, sin presionarte más de lo que ya lo estás.
– HAZ UN POCO CADA DÍA. No debes vaciar la habitación en un solo día ni resolver todo como si nada sucediera. Piensa que te reencontrarás con objetos que hace mucho tiempo no veías, así como con recordatorios continuos de la dolorosa ausencia de tu ser querido. Establece una lista de prioridades definiendo que es necesario hacer en primer lugar por razones prácticas, como cerrar cuentas bancarias, retirar sus cosas del trabajo, pagar facturas pendientes, etc.
– ELIJE QUÉ CONSERVARÁS. Comienza con aquellas partes de la casa o la habitación que consideres más fácil de afrontar, dejando los sectores más difíciles para el final del proceso. Presta especial atención a lo que te dicte tu corazón. Aunque sientas que sus pertenencias son lo único que te queda de él, debes ser realista. Realiza una lista en la que puedas distinguir 4 categorías: “Para mí”, “Para los demás”, “Para donar” y “Para desechar”.
– PREGUNTA QUÉ DESEAN GUARDAR. Quizá decidas hacer esta tarea solo o tal vez algunos miembros de la familia no puedan ni se sientan preparados para acompañarte, por lo que sería útil que diseñes un listado con el nombre de cada persona para recordar qué pertenencias desean ellos conservar. Es posible que debas afrontar algunos conflictos, ya que lo que para algunos conlleva hermosos recuerdos, para otro es sólo un objeto más.
– DONA A UNA ORGANIZACIÓN BENÉFICA. Sólo debes tomar esta decisión cuando te sientas preparado para hacerlo. Una acción apresurada podría hacerte perder algún objeto de gran valor emocional para ti, por lo que, si no está seguro, puedes conservar esta caja por un tiempo para luego volverla a revisar. Si bien puede ser difícil saber qué donar y a quiénes, asegúrate de entregarlo a una institución benéfica cuya causa compartas, o bien creas que a tu ser querido le hubiera gustado donar.
– DESIGNA UNA CAJA PARA LOS OBJETOS EN DUDA. Puedes preparar una caja especialmente para aquellas pertenencias sobre las cuales no sabes qué hacer, para así no tomar decisiones apresuradas de las que podrías lamentarte. Además, esto te permitirá continuar con tu tarea sin quedarte atascado en ese objeto en especial. Cuando hayas terminado con el total de sus cosas, puedes dedicar un día o más para revisar lo que has conservado y así tomar una decisión respecto a qué hacer con ellas.
Cada objeto personal de nuestro ser querido conserva no sólo un sinfín de emociones sino también una infinidad de añorados recuerdos que deberemos afrontar cuando los recojamos de la casa. Tómate tu tiempo y deja que sea tu propio corazón quien te dicte el momento adecuado para comenzar esta tarea emocionalmente dolorosa.
Fuente: Manejodelduelo.com
