Despertar al sonido, despertar al silencio

¿Qué caracteriza la actitud de un niño? Diría que la curiosidad. Los niños no dejan pasar nada que les llame siquiera un poco la atención. Cualquier estímulo es un gatillo para que se acerquen, para que abran una puerta a medio abrir, para que investiguen de dónde viene una luz desconocida. Para saber qué emite un determinado sonido.

Lamentablemente con los años, los seres humanos perdemos esta capacidad, y la curiosidad cede a la resignación. Los estímulos dejan de ser gatillos y dan paso al “telón de fondo” sensitivo en nuestra vida. Damos por sentado lo que percibimos, pocas cosas nos llaman la atención. Así nos desconectamos del mundo, y lo que es un poco más triste, nos desconectamos de nosotros mismos.

Pero no todo está perdido. Podemos ejercitar nuestros sentidos, y re entrenarnos para ver y sentir el mundo como lo hacíamos de niños. Mediante la práctica de algunos ejercicios como, por ejemplo, la escucha intencionada del sonido, podemos despertar nuestros oídos… y cuando un sentido despierta, los otros no se quedan atrás.

Sin embargo, contrario a lo que podemos pensar, que despertar al mundo del sonido es el primer paso, la invitación es también y quizás primero, a despertar al mundo del silencio. Porque es del silencio desde donde emerge el sonido, y no al revés. Los invito entonces a practicar un doble ejercicio durante este mes.

Hagamos un esfuerzo para estar muy atentos a todo aquello que tenemos “de fondo” y que tiñe nuestra experiencia auditiva: la radio que prendimos como por reflejo, la televisión, la campana de la cocina que quedó encendida después del almuerzo. Vamos quitando capas a nuestro telón de fondo, así como quien quita capas a una cebolla. Les sorprenderá notar que el silencio puede ser mucho más intenso que el sonido. La experiencia del silencio es abrazadora.

Por otro lado, los invito a practicar la “escucha intencionada”. En el documento que acompaña esta columna, verán la disposición que sugiero tener para comenzar a practicar esta nueva forma de escucha. He destinado especial peso a la apertura, soltar el control ante lo que escuchamos es vital. Por último, he preparado una lista de música, y para cada pieza, les propongo un elemento para prestar especial atención. Les recomiendo hacerlo en sesiones separadas, no escuchar todo de una vez.

Por Francisca Fernández, psicóloga.

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