Para la gran mayoría de las personas, la Navidad es una de las fiestas más importantes y esperadas del año. Se asocia al encuentro, la reflexión, con entregar amor, y celebración. Sin embargo, no en todas las familias se vivirá de la misma manera.
Estas fechas pueden aumentar tu malestar y sufrimiento, ya que parece que el dolor se reactivara durante las fiestas. Para quien está viviendo un proceso de duelo, es tiempo de incomprensión y contradicción, por lo que sentir una mezcla de emociones acumuladas es natural.
Si bien la tendencia es a querer suprimir la Navidad, quedarse solo en la casa, en la cama y no despertarse hasta que las fiestas hayan pasado, esto sólo sería un alivio inmediato que nos llevaría a postergar el duelo.
Pero ¿cómo sobrellevar estas fechas supuestamente llenas de alegría, felicidad y recuerdos entrañables? ¿Cómo podemos incorporar el dolor en una fiesta?, ¿cómo se puede celebrar si solo quiero llorar?
Uno de los primeros pasos que tenemos que hacer es aceptarlo. Respetar nuestras propias emociones. Cuando logremos eso, podremos vivir el duelo de forma satisfactoria. Por ello es importante tratar de construir una Navidad diferente, incorporando actividades y rituales que nos permitan adaptarnos a esta celebración cargada de dolor, tristeza e impotencia.
Si bien no existe una forma correcta de vivir el duelo en Navidad, nuestra sugerencia es intentar construir una festividad a la medida de las necesidades de cada persona. Evidentemente, nada va a ser igual, pero continuar haciendo cosas que te ayudan y eliminar aquellas que no aportan puede ser beneficioso. Además, existen algunas acciones que podemos llevar a cabo para hacer más llevaderas estas fechas y que te permitan resignificar las fiestas.
– Intenta no aislarte. Si bien durante esta Navidad puedes sentir la necesidad de mantenerte al margen, aislarte solo generará más dolor para ti, y para quienes se preocupan por ti. La idea es juntarse y celebrar que estamos presentes y nos queremos, a pesar de ese dolor que compartimos. Celebrar de esta forma no es contradictorio a sentir dolor. Estar acompañado por quienes amamos y nos aman será fundamental durante este momento, así como también mantener con ellos una comunicación abierta en un contexto de respeto y escucha sincera.
– No es necesario que estés todo el tiempo en la celebración, puedes participar de un momento, a lo mejor del aperitivo, la comida, y luego retirarte más temprano. Te sugerimos avisarlo con anterioridad para que quienes te acompañan, no insistan es que te quedes y te sientas más incómodo. Es aconsejable manifestar a quienes compartirán contigo tus expectativas respecto a este día. Comparte con ellos tus emociones e inquietudes de manera honesta.
– No te juzgues a ti mismo ni a los demás por cómo reaccionan durante esta festividad; cada persona vive en forma privada y particular el duelo.
– Un punto importante de las fiestas es que la familia y amigos puedan crear un recuerdo común de la persona ausente. Cada uno tiene una perspectiva personal, por lo que al unirlas todas se formará una imagen más completa de quien ya no está con nosotros.
Puede parecer que lo anterior es lo opuesto a lo que te recomiendan los demás, pero el propósito de estas ideas es incorporar a esa persona a tu vida a través de recuerdos, vivencias y emociones. Para ello, puedes encender una vela toda la noche representando a quienes ya no están, o también revisar álbumes de fotos, contar anécdotas vividas con ese ser querido, escuchar canciones que lo recuerdan, preparar su comida favorita, llamar a sus amigos, etc. Se pueden crear nuevos rituales para repetir año a año.