Compartir la vida con una pareja tiene momentos maravillosos, y otros llenos de desafíos que permiten hacer crecer la relación y a cada uno de quienes la componen. Por eso, uno de los momentos más complejos suele ser el afrontar la pérdida del ser amado, un duelo que tiene un tránsito particular y etapas claves como la oportunidad de volver a enamorarse.
Sin embargo, antes hay que afrontar la pérdida. Según expertos en el tema, para encontrar de nuevo el amor, volver a casarse o buscar una pareja, primero es necesario enfrentar y superar el duelo, porque si no desarrollamos este proceso de manera óptima, será más difícil volver a enamorarse.
Cada persona asimila de forma particular el duelo, proceso especialmente relevante cuando se pierde a alguien, y que ayuda a restablecer el equilibrio personal y familiar roto con la muerte de la pareja. Eso sí, cuando hay una desorganización y las personas se quedan ancladas en alguna etapa, se hace más difícil sobrellevar esta situación, pudiendo provocar que los dolientes se queden solos, porque no pudieron enfrentar el fallecimiento adecuadamente.
El decir adiós: hombre v/s mujer
La negación, la ira y la tristeza son los sentimientos que tienden a aflorar al momento de afrontar una pérdida, pero luego de un tiempo, al disminuir, las personas pasan a una etapa de aceptación y posteriormente a otra instancia de esperanza y ganas de rehacer la vida.
¿Pero hay alguna diferencia entre el hombre y la mujer? Según los especialistas, ellos suelen rehacer su vida amorosa más rápidamente, debido a que tienden a apoyarse en una pareja para enfrentar las situaciones complejas, y superan su soledad buscando una nueva relación. En el caso de ellas, son capaces de encontrar soporte emocional en otras personas, incluso en un círculo de amistad reducido, por lo que es más probable que estén más preparadas para estar solas.
Otro desafío que el doliente tiene por delante es evitar transformar a su posible nueva pareja en terapeuta. Para evitar aquello, es muy importante ver si la etapa de duelo ya está resuelta. Lo anterior ocurre cuando la persona ya puede manejar sus emociones, se levanta con energía y comienza a reorganizar su vida. Esto, por cierto, se da en ambos géneros.
Lo que sí es normal, es que la persona sea cual sea su género pase por todas estas etapas y que incluso sufra síntomas físicos como episodios de llanto, mareos, ansiedad y problemas para dormir, entre otros. La recomendación acá es conversar con amigos o familiares sobre tu sentir, acudir a terapia o ir a centros de apoyo a personas que pasan por lo mismo.
Fuente: El Informador.mx