A pocos días de una nueva celebración del Día de la Madre, es ya una tradición que los colegios comiencen a preparar dicha conmemoración organizando desayunos, preparando regalos para las mamás, ensayando actos musicales, entre otras actividades. Pero ¿qué ocurre con los estudiantes que han debido enfrentar el fallecimiento de su madre a temprana edad?
Es así como inevitablemente surgen diversas preguntas cómo: cuando un niño o niña ha perdido a su madre, ¿deben dejar de hacer este tipo de actividades?, ¿se les debe incentivar a realizar los regalos para otra persona? Los equipos educativos se preocupan por no generar un daño emocional mayor a los escolares y también por evitar hacerlos sentir diferentes… pero ¿qué hacer?
En este contexto, se debe tener presente que la celebración del Día de la Madre es en una fecha más bien de carácter comercial, por lo que todos los niños recibirán publicidad sobre esta fecha a través de la televisión, afiches en las calles, redes sociales y los medios de comunicación en general. Aunque nosotros intentemos evitar generar en los niños que han perdido a su madre un recuerdo que puede traerles dolor, ellos no son ajenos a la realidad. Pensar que un menor no se dará cuenta de la existencia de este día, es una ilusión que solo puede complicar las cosas, por lo que la mejor alternativa es enfrentar de esta situación en vez de hacer como si nada sucediera.
Es importante tener presente que los días previos a esta conmemoración, así como el mismo Día de la Madre, los hará sentir diferentes y volverán a recordar las experiencias vividas en torno a esa celebración, reviviendo la pérdida de su mamá y causándoles una sensación de soledad, abandono, tristeza o rabia, realidad que no debemos temer en afrontar.
No es adecuado explicarle al niño que puede hacer el obsequio para su abuela, tía o cualquier familiar que le cuide. Debemos tener presente que ese pequeño tuvo una madre que le quiso mucho, pero que por distintas circunstancias, lamentablemente falleció. Así que equiparar a otro pariente con su mamá no es lo más recomendable en estos casos, ya que con eso se les entrega un doble mensaje errado: por un lado, le transmitimos que otra figura puede ocupar su lugar, y también hacemos como si nada pasara y que todo se mantiene, quitándole importancia a recordar a su madre.
¿Cómo ayudar al alumno?
– Primero que todo, se le debe brindar la posibilidad al escolar de no realizar la actividad si es que así lo desea.
– También es favorable generar una instancia de conversación individual con el alumno, donde se reflexione sobre qué considera que es lo mejor para él o ella. La idea es que pueda expresárselo libremente a la profesora y por supuesto, que se respete su decisión, aun cuando con el pasar de los días ésta puede cambiar. No es una sentencia esta elección, ya que existe la posibilidad de variar según el estado de ánimo del menor.
– Se le puede plantear al niño la posibilidad de realizar el regalo y llevarlo al cementerio, o dejarlo en un lugar especial donde están los elementos importantes, como una manera de homenajear a la madre o como una forma de recordar los Día de la Madre que tanta ilusión le hacían a su mamá.
– Si se muestra reticente a lo anterior, podemos eximirle de la actividad y proponerle otra alternativa, como dedicar el tiempo a preparar el regalo del Día de la Madre a encargarse de los materiales, a apoyar el trabajo de sus compañeros, etc.
– Si quiere realizar la actividad y tiene intención de incluir a otra persona significativa, debido al grado de vinculación que tiene con ella, no se le debe prohibir. Madre es quien cría, no solo quien engendra, por lo que si el niño quiere ampliar ese vínculo se le debe apoyar sin imponer nada.
– Finalmente, se debe estar atento y contenerlos, entender que es un periodo de muchos cambios emocionales y que necesitará todo el apoyo disponible para ellos, en especial cuando todo está girando alrededor de este tema.