El proceso de duelo cuando la religión es parte importante de la vida

Sabemos que la muerte existe y que tarde o temprano, todos pasamos por la dolorosa experiencia de perder a un ser querido. No obstante, cuando el momento llega nos vemos enfrentados a una serie de etapas que nos ayudan a adaptarnos a lo sucedido, pero que siempre son difíciles de sobrellevar.

En algunas culturas, el lazo existente entre muerte y religión llevan a sentir que el fallecimiento de un ser querido no implica su pérdida de manera definitiva, sino que más bien es una transición que traslada a una situación mejor, ya sea porque el espíritu cambia de forma o porque se piensa que la persona, tal y como la hemos conocido, se marcha a un lugar diferente, invisible para nosotros y en muchos casos mejor para ella.

Para comprender cómo superar un fallecimiento, hay que comenzar por entender tres cuestiones fundamentales. La primera, que la muerte es un suceso inevitable para el que nunca se está preparado, aunque sepas que es inminente. La segunda, que muchas veces la persona que parte deja de padecer una situación difícil o de vivir con un dolor físico y, de alguna manera, descansa y eso nos proporciona tranquilidad. La tercera, que sea cual sea la creencia de cada uno, ante la pérdida de un ser querido no es momento de cuestionar, sino de respetar aquello que reconforta al doliente.

No importa cuánto sepas de la muerte

Cuando una persona importante para ti fallece, te invade la tristeza y entras en el llamado proceso de duelo. Esta es una fase de pena profunda, donde se siente la partida de un ser querido. Una pérdida que se sabe irrecuperable porque es para siempre o, según tus creencias, para mucho tiempo.

Existen elementos comunes en todos los duelos, pero cada persona experimenta el suyo de manera distinta, particular y propia. No se puede prever cómo será la reacción del doliente, su intensidad y la duración del proceso. La única manera de superar el duelo es pasar por ese momento, ya que no hay un manual válido para enfrentar la muerte.

El duelo es natural y no requiere de la intervención psicológica profesional, si se expresa dentro de unos límites emocionales y temporales más o menos conocidos. Recuerda: no necesitamos permiso para sentirnos mal. Pero si se sobrepasan esos límites, podríamos estar ante el llamado duelo patológico.

Muerte y religión: cómo afecta la fe

El recuerdo y la tristeza se experimentan de manera diferente según sean las creencias personales.

Quienes creen en una existencia más allá de la vida pueden encontrar alivio, pensando que el fallecido se encuentra en un lugar mejor, y rodeado de los suyos. Estas personas, además, tienen la esperanza de volver a ver a su ser querido en el lugar de encuentro: Cielo, Paraíso, Valhala o como cada quien desee llamarlo e imaginarlo.

En cambio, los no creyentes no tienen por qué sentir la desazón y el desconcierto de «la nada». Encuentran consuelo en el alivio de que llegó el descanso. Para algunos, no hay mayor tranquilidad que saber que detrás no hay nada.

Superar la pérdida de un ser querido siempre es algo personal

Aunque se forme parte de una religión o de una comunidad con creencias comunes acerca de la muerte, cada persona tiene una imagen individual de lo que ocurre con el fallecido. Es por ello que cada duelo es único.

Además, respecto al duelo, lo que importa es alcanzar la aceptación y la tranquilidad del doliente, no tanto el destino de la persona que se ha ido: si se cree que hay algo mejor en el más allá, podemos despreocuparnos sabiendo que nuestro ser querido está allí. Si se piensa que no hay nada más, de todas formas, estaremos calmos porque a quien partió no le va a suceder nada.

Aun así, superar la muerte de una persona cercana no depende de creencias. Cada religión lo representará de una manera y con ciertas premisas para guiar a sus feligreses en la superación del duelo. Todas estas versiones son igualmente respetables, porque lo que importa no es tanto que sean ciertas, sino que te hagan sentido a ti.

Así, si eres creyente y enfrentas la pérdida de un ser querido, no dejes que las opiniones ajenas determinen tu tránsito por el dolor. Lo que importa es que a ti te sirva para alcanzar la tranquilidad y el equilibrio emocional, así como que también te dé la oportunidad de despedirte a tu manera. Por lo tanto, cómo superar el duelo, creas en el más allá o no, empieza por aceptar tu visión del mundo y utilizarla para que te dé fuerzas durante el proceso.

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