A principios de año es normal planificar lo que queremos que ocurra durante los próximos meses. Todos hemos hecho este ejercicio. Es más, es positivo hacerlo por una serie de razones.
Pero el tiempo pasa, y lo que planificamos al inicio quizás sea distinto a lo que pensamos ahora. Eso también ocurre con los desafíos y metas, las cuales pueden ir cambiando.
Repasar lo que ha ocurrido
Lo primero es considerar que es normal y esperable que a mitad de año realicemos un repaso de lo que ha ocurrido durante el primer semestre.
¿Por qué? Este periodo coincide con el invierno en nuestro país, y según Catalina Arias, psicóloga colaboradora de Contigo en el Recuerdo, las bajas temperaturas suelen provocar una disminución en las energías y la motivación para hacer actividades.
“Es una reacción fisiológica y esperable ante el frío, por ello es que es posible que lleguemos a sentir desmotivación”, comenta la experta.
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De ahí que este periodo sea el momento ideal para una inyección de energía. Por eso, es aconsejable tomarse un tiempo para repasar los eventos y aprendizajes que surgieron durante el año, y luego expresarlos a través de la escritura o en una conversación con amigos.
Es más, para la experta existe un “ritual” recomendado para esta época: escribir todo lo que queremos dejar atrás del periodo anterior en una hoja, quemarla, y luego redactar en otra página las proyecciones y anhelos para el futuro, guardarla y leerla a fin de año.
“Este ejercicio ayuda a que veamos en perspectiva todo lo que hemos logrado a lo largo del año. Funciona como una especie de guía, más allá de cumplir o no las metas al final”, explica Catalina.
Plantearse lo que viene
Es importante que el segundo papel que contiene nuestros desafíos a futuro esté bien ordenado y calendarizado.
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De hecho, es aconsejable ir poniéndose metas con poco tiempo de anticipación. “Por ejemplo, si es junio se aconseja proyectar para tres meses más”, dice Catalina Arias.
También se puede planificar teniendo como referencia fechas relevantes, como un cumpleaños, Fiestas Patrias o las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
¿Cuál es la clave? Pueden ser proyectos grandes, como comprarse una casa, o más pequeños como terminar de leer un libro. “Es completamente personal lo que uno quiera poner de meta y ninguna es más válida que otra”, comenta la colaboradora de Contigo en el Recuerdo.
A medida que van pasando los meses es bueno replantearse las metas e ir creando nuevas, ya que eso nos motivará a seguir adelante.
¿Y si no puedo?
Seguro te has hecho esta pregunta más de alguna vez. Esto es muy normal ya que el futuro es impredecible y lo que hoy es un hecho puede que mañana cambie.
Por eso, para Catalina Arias una de las primeras recomendaciones es no autocastigarse cuando estas cosas pasan. “Es fácil angustiarse y estresarse al no ir consiguiendo lo que nos hemos propuesto, pero es sumamente relevante entender que siempre existirán cosas que no podemos cumplir”.
Las proyecciones y desafíos son elementos que nos ayudan a conseguir algo en un tiempo determinado. Si no pasa, lo importante es nuevamente crear metas y replantearse las que no se pudieron lograr.