La pérdida de un ser querido nos genera una serie de sensaciones en el cuerpo, mente y alma. Uno de los estados y sentimientos más comunes es el estrés.

Este es un estado de preocupación o tensión mental asociado generalmente al ámbito laboral, pero que también es muy común que aparezca durante este proceso.

Para Macarena Gattas, psicóloga colaboradora de Contigo en el Recuerdo, explica que el estrés es “una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes o amenazantes que pueden afectar nuestra salud y bienestar”.

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Puede manifestarse físicamente a través del aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular, especialmente en la zona del cuello, y la liberación de hormonas como el cortisol.

“De manera emocional podemos experimentar una tristeza profunda, angustia, irritabilidad o sentimiento de vacío, y a nivel cognitivo, dificultad para concentrarnos, olvidos y pensamientos sobre la persona fallecida”, agrega la psicóloga.

¿Cómo sobrellevar el estrés?

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El estrés es bastante común, sin embargo, cuando sentimos que nos está afectando en nuestra vida cotidiana y nos abruma es bueno tomar medidas.

Mantener una buena alimentación, hidratarnos y realizar actividades físicas nos puede ayudar a mantener la mente activa. Esto es clave para mejorar nuestro bienestar.

Sin embargo, también es importante tener en cuenta algunos indicadores que nos pueden ayudar a detectar cuando es recomendable recurrir a un psicólogo.

“Algunas señales para buscar apoyo profesional incluyen el ver síntomas intensos por más de seis meses, notar una afectación fuerte en las responsabilidades diarias, tender a evitar las interacciones sociales, nuestras actividades y tener pensamientos de autolesión”, dice.

Recuerda que recurrir a un profesional de la salud para que nos guíe durante este proceso es una gran opción.