El duelo o pérdida es un proceso individual, pero también es colectivo. El fallecimiento de un ser querido afecta a cada persona, ya sea cercanos, amigos y por supuesto su grupo familiar más directo.

Es en este último en el que centraremos el análisis. ¿Cómo influye el duelo en las dinámicas familiares y cómo recuperamos su unidad? Esas son algunas de las preguntas que responderemos a continuación en Contigo en el Recuerdo.

Dinámicas familiares frente al duelo

Uno de los primeros aspectos a considerar es que las dinámicas familiares se verán afectadas irremediablemente, ya que todos van a estar afectados emocionalmente por la pérdida del ser querido, pero de distintas maneras.

Magdalena López, psicóloga de Contigo en el Recuerdo, comenta que “si bien se dan patrones similares, todos pueden desarrollar estilos de afrontamientos diferentes como por ejemplo:
– algunos querrán hablar de lo sucedido,
– otros no querrán tocar el tema, algunos pueden llorar desconsoladamente
– otros que querrán mantenerse ocupados para no pensar”.

Partiendo de esta base, dentro de las relaciones familiares los conflictos pueden aparecer.

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Ocurre por ejemplo con el cumplimiento de ciertos parámetros que validan algunas reacciones, enfrentarse al duelo de maneras más aceptadas socialmente, lo que provoca muchas veces malentendidos y discriminación.

“Con mayor grado se generan conflictos cuando la persona fallecida era parte o miembro del grupo familiar”, apunta Magdalena López, agregando un caso ejemplificador:

“Algunos integrantes de la familia tienden a buscar reemplazar el rol que cumplía el fallecido, y otros se sienten traicionados con la idea de que alguien incluso fantasee con este hecho, resistiéndose absolutamente”.

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Recuperar la unidad familiar luego de la pérdida de un ser querido

¿Podemos reunificar a esta familia?
La respuesta es sí. Pero hay ciertas condiciones que deben darse para que este proceso se lleve a cabo de la manera más sana posible.

Uno de estos aspectos es la comunicación abierta y fluida entre todos los miembros de la familia, expresando de manera respetuosa los sentimientos y también la interpretación de estos. “Decir ‘a ti no te importa que el papá se haya muerto’ es dañino, y solo genera dolor y más conflictos.

Para la experta, es esencial además respetar los tiempos y la forma en que los otros están viviendo su duelo.

El consejo es que hay que tener presente que hay momentos como estos donde uno está prácticamente en un estado de sobrevivencia, donde “debe primar el afecto y la comprensión de que todos están viviendo algo que no se quería, y para lo cual no estaban preparados.

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