El fallecimiento de un ser querido nos puede generar muchas preguntas, y por ende en el proceso se descubrirán muchas respuestas, según sea el caso.
En ese sentido, uno de los cuestionamientos apunta a que muchas veces tendemos a no visualizar el proceso natural de la muerte, el cual es parte de nuestra propia naturaleza humana.
Justamente, es la naturaleza misma, es decir, el medioambiente, su flora y fauna, la que muchas veces nos nuestra la importancia de la existencia y del llamado ciclo de vida.
El vinculo entre la naturaleza y el duelo
Decíamos que la muerte es parte de la vida y este es un hecho que no puede modificarse, incluso más allá de los avances existentes en el área de la salud. Es ahí donde podemos relacionarnos con la naturaleza, entendiendo la conexión con nuestro propio ser.
“Conectarnos con la naturaleza nos permite entendernos como parte de ella, que somos un todo, y al igual que los procesos del entorno en el que vivimos, los seres humanos también estamos en constante cambio”, comenta Magdalena López, psicóloga de Contigo en el Recuerdo.
La naturaleza nos ayuda a constatar que la muerte está en todos los procesos de la vida, que el ciclo de nuestra existencia está en constante cambio entre el renacer y el morir.
Sin embargo, para la experta esto es difícil de presenciar en la actualidad: “Los seres humanos nos hemos ido alejando de estos procesos, y por eso nos cuesta entenderlos. Vemos la muerte como un fracaso, cuando en realidad es algo tan importante como la propia vida”.
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La naturaleza está aquí
A medida que pasan las semanas, poco a poco las medidas sanitarias han permitido la apertura de muchos recintos, entre ellos los parques al aire libre, espacios verdes que nos invitan a contemplar y disfrutar de la naturaleza.
Y es justamente en estos lugares donde también podemos ver cómo el ciclo de la vida está presente, una instancia que para Magdalena López es importante especialmente durante el proceso de duelo.
“Los parques son un excelente lugar para ir percibiendo estos procesos naturales. Por ejemplo, cómo mueren y caen las hojas en el otoño, para luego ver en pocos meses más como los brotes de estas mismas plantas comienzan a salir en primavera”, apunta la profesional.
Por eso, presenciar este ciclo que vive la naturaleza es una invitación también para renovarnos en medio del proceso de duelo.
“En la naturaleza aprendemos que se debe morir para renacer, que se debe sufrir para generar los cambios, que se debe perder para valorar”, comenta Magdalena López, quien apunta a que muchas veces nos damos cuenta de la existencia de estos ciclos solo en experiencias límites.
Por lo anterior, es que la especialista de Contigo en el Recuerdo invita a reflexionar en torno a una frase de la psicóloga Elisabeth Kübler-Ross: “Las personas más bellas que hemos conocido son aquellas que han conocido la derrota, el sufrimiento, la lucha, la pérdida y han encontrado la manera de salir de las profundidades. La gente bella no surge de la nada”.