La Música, Canalizadora de Emociones en el Duelo

“La música expresa lo que no puede ser dicho y aquello sobre lo que es imposible permanecer en silencio”.

Victor Hugo.

La música es un arte que es y ha sido esencial para el ser humano, que ha estado presente y le ha hecho compañía desde tiempos inmemorables. Se vincula con el habla y el lenguaje, con la comunicación social y sobre todo, como forma de expresión. Esta, es capaz de generar y evocar distintos sentimientos, de forma rápida, profunda e intensa. Influye en el estado de ánimo, e incluso se ha descrito que esta puede llegar a mediar en el cuerpo, por ejemplo, reduciendo el ritmo cardiaco, y así, el estrés.

Se ha descubierto que, independiente de si la música escuchada es interpretada en vivo o grabada, tiene un efecto poderoso en el día a día.Es así como la investigación en psicología musical señala que el identificarse con una canción puede asociarse con recuerdos y tener un alcance terapéutico. No cabe duda, que la música en el duelo puede ser un gran apoyo.

Música en el duelo

Durante el duelo, el escuchar música de forma intencionada podría llegar a ser una herramienta muy útil. Las personas pueden canalizar emociones y generar una conexión con quien ha fallecido o con otros que han vivido la misma situación. La música puede ser un gran símbolo que nos ayuda a enfrentar la tristeza de la pérdida. Se ha investigado cómo la música ha impactado en el duelo y los resultados son maravillosos. Se descubrió que existe la posibilidad de experimentar una liberación catártica y expresar lo que no ha sido posible poner en palabras. Para otros, la música se ha presentado como un apoyo espiritual durante el proceso. Lo que no cabe duda es que ha sido útil para procesar el dolor, regular las emociones, encontrar consuelo, comprensión y tranquilidad. Además, ciertas canciones pueden llegar a ser un medio para conectar con recuerdos del ser querido, fortaleciendo el vínculo con su memoria.

A pesar de que la forma en la que se vive el duelo es una experiencia muy personal, hay quienes refieren que la música se ha transformado en un medio de compañía fundamental para recorrer lo que implica el proceso.

La música proporciona un vínculo, una sensación de unión y comunidad con quien puede haber experimentado emociones relacionadas con una pérdida. De ahí, que hay personas que se sienten identificadas con algunas melodías independiente de cualquier diferencia. Se convierte en un espacio seguro para la introspección, permitiendo a quien sufre transitar distintas fases del duelo sin sentirse solo en el proceso.

Uno de los efectos más poderosos de la música es su capacidad para generar reconocimiento y validación emocional. Ya sea a través de himnos, canciones populares o composiciones personales, la música puede convertirse en un refugio para quienes necesitan encontrar significado en la pérdida. Asimismo, la música no solo actúa como un canal de expresión, sino también como una herramienta terapéutica.

La música en los rituales de despedida

El papel de la música en el ritual de despedida es importante ya que posee una función simbólica, la que incluso puede compararse de alguna manera con la de las flores. Elegir canciones para una ceremonia de despedida, junto con familiares y amigos, que se asocien a recuerdos positivos puede llegar a ser un acto reconfortante y esperanzador durante y después del duelo. Todas las historias de vida son únicas, y así también el procesamiento del duelo, por lo tanto, el uso de la música en un momento tan delicado, debe ser una elección personal e intencionada.

En conclusión, las experiencias musicales son un recurso que puede ser muy útil en el proceso de duelo. Su capacidad para evocar recuerdos, conectar con quien ha fallecido, ofrecer consuelo, facilitar la expresión de emociones y permitir vincularse con otros, la convierten en una herramienta sencilla y de fácil acceso. A través de ella, las personas que han sufrido una pérdida pueden encontrar una forma de honrar a quienes han partido, transformando el dolor.

Pauline Reydet, psicóloga colaboradora.

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