La sensación de vacío, estancamiento, y de caminar sin rumbo, se conoce como languidecer. Esta puede ser causada por distintas razones, una de ellas, es la pérdida de un ser querido, en especial si era una persona que le daba un propósito a nuestra vida.
No solo la muerte puede provocarnos esta sensación, también puede aparecer frente a una separación, la pérdida de un trabajo importante o cuando los hijos se van de casa. Estas situaciones nos generan incertidumbre y la necesidad de reestructurarnos.
¿Por qué no estoy donde quiero estar?
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Al enfocarnos en un solo objetivo, perdemos el contacto con nosotros mismos. Esto puede ocurrir cuando cuidamos a alguien más, o nos proponemos exclusivamente tener un buen desempeño laboral.
Debido a esto, cada vez le prestamos menos atención a nuestras necesidades personales, hasta el punto de no ser capaces de reconocerlas.
Si crees que estás en un momento de tu vida en que te sientes de esta manera, lo primero que debes hacer es reconocer que existe este vacío en ti y luego, comenzar un proceso de reconexión con tu “yo interior”.
De esta manera, podrás darle un sentido a tu vida y encontrarás nuevos caminos mediante el autoconocimiento. También, podrás fijarte metas realistas, planificarte y reconocer las acciones que te ayudarán a llegar a donde quieras.
El sentimiento de vacío
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Reconocer este sentimiento, te permitirá visualizar el momento que estás viviendo como una oportunidad de crecimiento, en vez de estancamiento.
Para trabajar en tu autoconocimiento puedes tener un diario donde anotes tus ideas, lo que realizaste durante el día y expreses tus sentimientos. De esta manera, cuando vuelvas a leerlo, podrás ir redescubriendo quién eres.
También, puedes dedicar un momento para reflexionar sobre tus virtudes, pasiones y tus defectos. Esto te permitirá identificar tus cualidades y direccionar tu motivación a nuevos proyectos. Una opción, es pedirle a una persona de confianza que haga una descripción sobre ti, para que así te des cuenta de la imagen que proyectas.
Hay muchas otras opciones para fomentar el autoconocimiento, como la meditación, terapia o talleres dedicados al desarrollo personal. Lo importante es encontrar algo que sea cómodo, y saber que esta sensación de languidez o vacío puede ser el comienzo de un nuevo camino.
Por Valentina García, psicóloga.