Cuando nos enfrentamos a un nuevo año solemos reflexionar sobre lo vivido y nos planteamos nuevas metas para el próximo periodo.
Sin embargo, sobrellevar el Año Nuevo puede ser complejo si durante el último tiempo vivimos la pérdida de un ser querido. Entonces, ¿cómo me preparo? Aquí te contamos.
Video: Cómo enfrentar el Año Nuevo sin el ser querido
María Ignacia Sandoval, psicóloga del programa Contigo en el Recuerdo, dice que, frente a un nuevo año, la gente piensa que debe tener un cambio de ánimo y de actitud.
Sin embargo, “al doliente esto le genera una presión entorno a su propio duelo. Por eso, se vuelve necesario marcar ciertos límites”, complementa la profesional.
La planificación
Existen ciertas actividades que nos pueden ayudar a afrontar el Año Nuevo de la mejor manera posible si es que estoy viviendo un duelo.
“Sirve mucho reflexionar en torno a lo que me gustaría mantener de mi ser querido fallecido para el próximo año, como pueden ser algunos hobbies, tradiciones o valores. Estos representan también el legado que dejó en nuestra vida”, afirma María Ignacia Sandoval.
La psicóloga también nos recomienda lo siguiente: Si tu ser querido cumplía un rol fundamental en el hogar y sientes cierta presión por volver a retomar las tareas que realizaba, te recomendamos que te tomes tu tiempo. “Hay cosas que pueden ser esenciales, pero también es importante que puedas descansar y aprovechar el tiempo en familia”, declara.
Pensar en el próximo año puede ser un verdadero desafío, por eso el foco debe estar principalmente en cómo cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.
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¿Cómo seguir entonces? Lo esencial es proponerse metas realistas, ya que de lo contrario podría generar tristeza o sufrimiento el no poder cumplirlas.
“Puedo proponerme expresar mi dolor con quienes quiero, cuidarme física y emocionalmente o tratarme con amor”, explica.
Como punto final, es importante señalar que el nuevo año no deja atrás a nuestro ser querido y que su memoria estará siempre con nosotros. “El nuevo año es solo un marcador de tiempo, no del amor o la relación”, cierra María Ignacia Sandoval.