Sobrellevar la pérdida de un ser querido trae consigo una serie de sentimientos. El dolor, la incertidumbre, la rabia e incluso la culpa son algunos de los que se asoman. Además, también aparece la nostalgia de los tiempos pasados y el recuerdo de quien ya no está. Lo anterior plantea el siguiente desafío: ¿Cómo honrar la memoria de quien ha fallecido?
Recordando a quien ya no está
Para responder esta pregunta, se puede realizar una analogía con la película de Pixar, Up. En el film, el protagonista encuentra una manera creativa de procesar el duelo de su esposa fallecida. Es así como eleva su casa con cientos de globos de helio para volar, y usarla como medio de transporte hacia el lugar que ambos habían soñado conocer por décadas.
Este creativo viaje refleja una forma de recordar al ser querido: conociendo el lugar al que ambos siempre desearon ir, o visitando un sitio significativo para los dos. Sin embargo, también existen otras formas de hacerlo.
Una de ellas es organizar una donación o acción caritativa en su nombre. De esta forma, podrás sentir bienestar y que tu actuar es un homenaje a tu ser querido fallecido.
También sirve traspasar las emociones y dejarlas “respirar”, ya sea a través de la escritura, la pintura o incluso otro tipo de arte o manualidad. Así, evitarás guardar tus sentimientos y también podrás volcar tus emociones o recuerdos sobre esa persona significativa.
Por otro lado, durante el duelo también es importante rodearte de amor, especialmente en torno al ser querido. Si bien la soledad permitirá dar el espacio suficiente para pensar, hay que evitar el exceso. Es importante entender que los recuerdos surgen también de forma grupal, rememorando momentos que te permitan seguir elaborando la pérdida.
Más allá de las formas, es importante tener presente que esta no es una carrera y no hay que “competir” por quién está mejor o quién recuerda más al fallecido. Cada duelo lleva su tiempo y las distintas formas de honrar la memoria permitirán que la esencia de quien dijo adiós a este mundo nunca se vaya.
Fuente: La Mente es Maravillosa