La culpa del sobreviviente puede aparecer frente a dos situaciones principales: cuando estuvimos involucrados en un accidente o situación en que otras personas fallecieron o cuando hemos sido testigos de la muerte de otro.
En el caso de esta última, este sentimiento lleva una y otra vez al pensamiento: ¿Cómo podría haber evitado lo que ya es irremediable?, creando una profunda sensación de malestar, enfado, frustración y/o tristeza, lo que hace que la persona viva su proceso con un intenso sufrimiento.
Es común sentir culpa
En un 90% de los casos en los que hay una muerte, la persona que sobrevive siente culpa, por eso, experimentarla durante el duelo es algo muy común.
En este sentido, no es malo tener estos pensamientos, lo importante es poder reconocerlos y saber qué hacer con ellos. Es así, que es importante respetar nuestro ritmo, no acelerarlo y tener un espacio seguro para expresar nuestros sentimientos, ya sea escribiéndolos, conversándolos o realizando diversas actividades recreativas.
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Junto con esto, es fundamental aceptar que no somos responsables de lo que ha ocurrido y entender que solo somos responsables de nuestros propios actos. De esta manera, el aceptar y el expresar la culpa, será un primer paso clave para sobrellevar este proceso de la mejor manera posible.
Por psicóloga: Francisca Ulloa