La pandemia del coronavirus vive actualmente una segunda etapa en nuestro país. Conocida como la “segunda ola”, este rebrote ha traído consigo inéditos números de casos contagiados confirmados y crecientes datos de fallecidos que, si bien no se han acercado a las cifras del 2020, nos hacen recordar que aún estamos viviendo pérdidas de duelo por esta enfermedad.
Por lo mismo, en Contigo en el Recuerdo hemos querido entregar algunos consejos a quienes han sufrido la muerte de un ser querido en estas circunstancias, donde la segunda ola ya se ha instalado en Chile.
Exigencias mentales
Para nadie es un misterio que vivir el duelo durante la primera ola del covid-19 fue una experiencia altamente dolorosa, debido entre otras cosas a las distintas restricciones sanitarias determinadas por las autoridades. Sin embargo, la diferencia se nota al momento de hablar del actual rebrote de casos confirmados.
“La primera ola tenía como factor importante la necesidad de adaptarnos a un entorno incierto y sin precedente alguno, y en esta segunda se agrega el cansancio y fatiga psíquica tras un año de pandemia”, afirma María Ignacia Sandoval
“Realizar ceremonias y encuentros vía internet, y efectuar publicaciones en redes sociales escribiendo un homenaje a la persona fallecida pueden ser de ayuda y permitir sentir conexión con otras personas”, dice
María Ignacia Sandoval agrega que también se pueden hacer actividades simbólicas personales, como redactar una carta, crear un rincón del recuerdo, pintar o escribir; o llevarlas a cabo de manera coordinadas con los seres queridos, como escuchar una canción, rezar o prender velas.
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Superposición del duelo
Sufrir una pérdida es doloroso en cualquier circunstancia, y conlleva pasar por muchas emociones distintas que pueden potenciarse en medio de esta segunda ola. Sin embargo, la situación cambia cuando ya vivimos el fallecimiento de un ser querido durante el 2020.
En ese sentido, la psicóloga complementa con que, en algunos casos, se puede dar también la llamada superposición de los duelos: “Comienza a aparecer esta sensación de que una muerte es más presente y tiene más relevancia que la anterior, como si esta fuera sustituible.
Hay que comprender que el duelo acapara muchos aspectos de nuestras vidas. La capacidad de amar es ilimitada, pero la facultad mental de tener dos duelos igual de presentes no.
“Para poder procesar esta doble pérdida, se necesita tiempo y la capacidad de conectar con todas estas emociones que aparecen. Hay que darse eso y también espacio, con el fin de no sentirse abrumados. La abrumación conlleva a la necesidad de alejarse de estas pérdidas; y no se puede sanar una herida sin acercarse a ellas. Cada día, cada momento, será un paso que se dará para hacer frente a la pérdida”, concluye.
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