Cuando fallece la persona que elegiste como compañera de vida es doloroso, porque a partir de ese momento te das cuenta que debes seguir tu camino sin él o ella.
Durante este duelo suele existir mucha tristeza y pena, por lo que pensar en otra pareja se vuelve imposible. Sin embargo, cuando ha pasado tiempo, es normal conocer a otra persona, y también, enamorarse.
“El ser humano es inherentemente social y naturalmente busca el acompañamiento de otros seres humanos, ya sean parejas, amigos, familiares o hijos. La pareja es solo una forma más de mantenernos conectados con otros en este viaje llamado vida”, explica María Ignacia Sandoval, psicóloga de Contigo en el Recuerdo.
Las personas descartan la posibilidad de rehacer la vida amorosa por diversas razones, como, por ejemplo, la idea de que no se puede experimentar una relación como la que se tuvo anteriormente.
Pero, la psicóloga nos pregunta: ¿Es realmente justo privarse del amor y la compañía por temor al juicio de los demás o por prejuicios internos?
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Muchas veces se cree que encontrar un nuevo amor implica olvidar o superar al anterior. Sin embargo, la psicóloga nos explica que “el amor es infinito. Uno puede amar a más de una persona en esta vida, no es un recurso que se acaba; cada pareja, cada hijo, cada persona que tenemos llena un espacio específico en nosotros, y nadie le quita el lugar al otro”.
El amor es expansivo y tiene la capacidad de crecer y multiplicarse, incluso después de una pérdida tan dolorosa.
¿Cómo presentamos a una nueva pareja en la viudez?
Una vez que logramos superar nuestros miedos y nos decidimos a formar pareja con alguien más, se presenta un nuevo desafío: Comunicárselo a la familia.
Para traer el tema a la mesa, la psicóloga recomienda hacerlo a través de “una comunicación cuidadosa, privada y realizada en un entorno seguro. Es fundamental que los niños y adultos cercanos puedan comprender y procesar la noticia antes de conocer a la nueva pareja”, dice.
También, agrega que cuando esto se haga “es importante dejar en claro que la llegada de una nueva pareja no significa que se deja de amar o recordar a quien ya no está”.
Los hijos, en particular, pueden experimentar sentimientos de rechazo o miedo al sentir que están siendo reemplazados. Por eso, es esencial brindarles el espacio para que puedan expresar sus emociones y temores.
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La presentación de la nueva pareja debe ser gradual, en un lugar neutral, y es importante permitir que se desarrollen vínculos de manera natural.
“Los vínculos necesitan tiempo para ser sostenidos y el viudo/a debe estar consciente de que no puede presionar a la familia para que acepten a la nueva pareja inmediatamente”, cierra la psicóloga.