Asumiendo nuevos roles sin sentirse un reemplazo

Cuando vivimos una pérdida, no debemos olvidarnos de los vínculos significativos que marcaron nuestra historia. Esto debemos tenerlo muy presente al momento de rehacer nuestra vida, ya que es complejo tener que asumir otros roles, y más cuando alguien muere en una familia.

Algunos pueden sentir que están reemplazando a quien no se quiere sustituir, sintiendo en momentos que se está traicionando su memoria y legado. Sin embargo, debemos considerar que no fue nuestra decisión que él o ella no esté presente en nuestras vidas, que la intención en ningún caso es sustituir a quien ya no está, sino que solo suplir el rol que ejercía. Esto es esencial para que siga funcionando el sistema familiar.

¿Cómo podemos apoyar estos roles?

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A veces sirve esclarecer estos temas, definiendo una forma específica en que se llevarán a cabo las funciones, las cuales no deben realizarse de la misma manera en cómo lo hacía el fallecido.

Por ejemplo, si ahora la tía es quien debe ir a buscar al colegio a sus sobrinos tras el fallecimiento de la madre, no es necesario que lo haga de la misma forma. Puede tal vez tomar otra ruta o pasar por la plaza a jugar, dejando la rutina anterior como un evento especial para recordar a la mamá de los niños. Es importante que esto se defina previamente con ellos.

Otro ejemplo puede ser crear nuevas actividades con los niños, como puede ser ir a almorzar al lugar donde iban con su madre, como una forma de conmemorar su aniversario de fallecimiento. De esta manera, los niños tendrán la posibilidad de adaptarse a la nueva situación, sin sentir que están olvidando ni traicionando la memoria de su mamá.

 

Por Magdalena López, psicóloga y Líder del programa Contigo en el Recuerdo

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