Una madre siempre permanece en los corazones de sus hijos

Si hay una persona que nos lleva de la mano desde los primeros pasos, es nuestra madre. Es sin duda uno de los vínculos más importantes y significativos de la vida, porque representa el amor incondicional. Se trata de un sentimiento perfecto, que es a prueba de todo.

Ciertamente es una conexión que trasciende palabras y el tiempo, ya que una madre, pase lo que pase, siempre será una madre. Es así como los hijos, a pesar de las particularidades de su mamá, son capaces de ver lo bueno que hacen ellas diariamente. Son ellas las mejores enfermeras, unas expertas cocineras, profesoras incansables y consejeras durante toda la vida.

Por eso la partida de la madre es una de las pérdidas más dolorosas, ya que independiente de nuestra edad o de la suya, siempre se querrá pasar el máximo de tiempo con ella. Por lo que mientras se mantenga vivo su recuerdo, ella estará presente en nuestros corazones y continuaremos sintiendo su presencia como si estuviese junto a nosotros.

Magdalena López, psicóloga de Contigo en el Recuerdo comenta que “la madre, en la mayoría de los casos, es el vínculo primario y más significativo en las relaciones humanas porque comienza en la gestación y se mantiene durante toda la vida. A través de esta figura, el ser humano se relaciona con el mundo y necesita de las capacidades maternales para sobrevivir en él. Como este lazo es tan fuerte, frente a su fallecimiento, la persona debe adaptarse a vivir si ella, teniendo una sensación de soledad, ya que por mucho tiempo ha dependido de ella, y en una primera instancia, cree que aún lo hace”.

Es así como, para sobrellevar y superar la pérdida de una madre, es esencial vivir el dolor para marcar el inicio de una nueva etapa.

Algunas claves para conmemorar el primer Día de la Madre, sin ella físicamente presente:

– Es muy importante reconocer el alcance de la pérdida. Aunque se sabe que esa celebración va a ser muy diferente a otros años, no significa que tenga que ser especialmente negativa.

– Probar una nueva manera de marcar u observar este día. Compartir e incluir a otros miembros de la familia o amigos en los planes, sin duda, ayudará a afrontar esta fecha.

– Expresar lo que sientes, y tus temores frente a ese día. Al principio puede que no te sientas con ganas de hablar mucho del tema, pero si dejas que tus emociones se queden dentro de ti y no conversas esto con nadie, conseguirás poner un obstáculo muy grande en tu proceso de duelo.

– Ser específico sobre el tipo de ayuda que necesitas: manifiesta cómo quieres celebrar este día- El aferrarse a los recuerdos da fuerza para que nos podamos centrar en las cualidades más significativas de nuestra madre.

– Sin duda, el tiempo será el mejor aliado para el desarrollo del proceso del duelo. Cuando la persona se da cuenta que ya no tiene la misma dependencia, podrá ver la partida de su madre de una manera diferente, y tenerla como referente, integrándola en su nueva vida, ya con una funcionalidad diferente.

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