Enfrentarse al duelo siempre es una tarea compleja y de largo aliento. Sin embargo, en medio de este proceso inevitablemente tenemos que pensar en regresar a nuestra rutina, siendo el ámbito laboral parte del desafío que debemos enfrentar.
Como antecedente, lo que se debe hacer ante una situación así de dolorosa, es dirigirse al área de Recursos Humanos de tu trabajo, o en su defecto, tomar contacto con algún compañero de confianza que hable con tu jefe sobre lo sucedido.
Después de esto, se tiene que atender la pregunta nada fácil del tiempo conveniente para regresar a trabajar. Si se tiene la posibilidad de decidir, en general se recomienda volver a los quehaceres laborales por lo menos después de 5 días de descanso por duelo.
Por supuesto, eso puede variar dependiendo de cada caso y de cada persona. Algunas dirán que regresar al trabajo les ayuda pues la rutina les permite estructurar el día, mientras que para otras la idea de volver les supone una pesadilla, concentrarse en las cosas les resulta imposible y el ambiente laboral lo sienten abrumador.
¿Qué pasa cuando es necesario regresar al poco tiempo al trabajo?
Lo que se puede hacer es implementar estrategias para suavizar la difícil transición. Una alternativa es regresar al trabajo “parcialmente”, por ejemplo 2 o 3 días a la semana, o solo medio tiempo. Sin embargo, estas opciones dependerán de cada caso.
¿Cómo estar preparado para la interacción con compañeros de trabajo que probablemente hablarán del tema?
Ver a los compañeros de trabajo puede ser difícil. Es de esperar que cada uno de ellos haga preguntas o comentarios al momento de encontrarlos. Serán inevitables los “lo lamento mucho, ¿cómo estás?, ¿cómo te sientes?”. Y puede ser agotador y desgastante hablar del tema una y otra vez con cada uno.
Una solución es asegurarse de que los compañeros de trabajo estén enterados de lo sucedido antes de tu regreso. También es una opción reunirse con ellos antes de volver, de modo que todos estén más conscientes de la situación y ya no sea necesario tocar el tema constantemente.
Existe la opción de no hablar del tema si así se quiere, sea de forma permanente o esperando el momento adecuado.
¿Cómo lograr concentrarse en las actividades laborales?
Intentar concentrarse en las tareas del trabajo después de sufrir una pérdida es un dolor de cabeza muy fuerte. Puede ser una pesadilla, sin embargo es uno de los síntomas comunes del duelo.
El primer paso es hablar con la jefatura directa y decirles lo mucho que se les está dificultando concentrarse en las tareas diarias, solicitando así comprensión y apoyo. Puede ser una muy buena alternativa solicitar ayuda al momento de revisar su quehacer laboral. Es normal que la calidad del trabajo baje, por lo que es importante tenerlo presente y estar consciente de que va a ser algo temporal.
Trabajar con una lista de pendientes puede ayudar mucho: Cosas que no se dificultaban antes, como tener múltiples tareas que hacer, ahora pueden volverse abrumadoras. Desde no saber por dónde empezar, a olvidar cosas, este tipo de fallos puede generar mucha frustración. Hacer una lista de pendientes, al iniciar el día enumerando cada una de las cosas en orden de prioridad, es muy recomendable.
Tomar descansos: Es recomendable llevar a cabo cualquier actividad que no esté relacionada con las tareas que realiza durante el día.
No luchar consigo mismo: El proceso no es fácil. Es muy probable que existan pensamientos invasores durante cierto tiempo (semanas o meses) que interrumpan los esfuerzos de concentrarse y concluir el trabajo. Es importante quedarse un momento con estas ideas y no rechazarlas. Es recomendable escribirlas en un diario e incluso quedarse con ellas después de la jornada laboral.
Tener paciencia: En el trabajo tomará tiempo recuperar la facilidad para controlar los pensamientos. Es importante aceptarlo y no luchar contra eso. Cuando los evitamos, usualmente regresan con mayor intensidad.
Estar conscientes de que probablemente haya una pérdida de interés o pasión, o incluso de sentido para seguir trabajando, es algo normal. El duelo puede cambiar nuestras prioridades completamente. Es importante tener esto presente para evitar tomar decisiones radicales en el trabajo (como renunciar, por ejemplo).
Es importante no buscar evitar las consecuencias difíciles (e inevitables) que siguen de un evento doloroso en la vida. En ese sentido, se recomienda expresar los sentimientos, enfrentarlos y no juzgarlos cuando estos lleguen.
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