La búsqueda de oportunidades, de una vida mejor o la necesidad de cambios pueden llevar a miles de personas a emigrar de sus hogares. En este contexto, ¿qué ocurre cuando fallece alguien de la familia estando lejos? ¿Qué características tiene este duelo en la distancia?
Una de las principales complicaciones que atraviesa un doliente, que se encuentra lejos de su familia cuando se produce una pérdida, es la lucha contra el sentimiento de incredulidad. Aceptar la pérdida de un ser querido es un proceso complejo, que necesita ser atendido y que requiere tiempo para poder trabajarlo.
– Asumir la realidad de la pérdida: A diferencia de quien vive de cerca, la persona que se encuentra lejos de su hogar no tiene la oportunidad de experimentar el contraste en la cotidianeidad, ya que no compartía directamente con quien falleció. Por eso, el proceso de aceptación le va a resultar más complicado, provocando que el doliente sienta “como si el fallecido estuviera vivo”, siendo este una de las principales complicaciones del duelo, la negación.
– Afrontar una muerte inesperada: Es frecuente que, ante una enfermedad y en un intento de proteger a los que están fuera, los familiares no comuniquen la realidad de lo que está ocurriendo o la gravedad del estado de esa persona. Cuando esto ocurre, a la dificultad de asimilar la pérdida en la distancia, hay que sumar lo imprevisible que resulta el anuncio del fallecimiento a quien se encuentra lejos. Todos estos factores hacen que la sensación de incredulidad y la lucha contra la realidad de la muerte sea más compleja y se convierta en un camino difícil para quien no está presente.
– Superar una muerte a la distancia: Para la correcta elaboración del duelo, la tarea que el doliente debe afrontar es atender a sus emociones, a sus pensamientos, dándoles espacio y tiempo. En los casos en que la persona no tenga en su entorno a nadie que comparta su misma pérdida y tristeza, tendrá que hacer un esfuerzo de responsabilidad con su propio proceso y hacerse cargo de su vivencia interna para darle una salida adecuada.
– Ocultar el dolor por la pérdida: Otro aspecto que caracteriza este tipo de duelo es la tendencia de la persona a aislarse en su dolor o no comunicarlo. A menudo el doliente tiende a no compartir la pena que está viviendo –porque no desea preocupar a la familia y quiere aparentar que está bien- negándose a sí mismo la oportunidad de drenar su tristeza con aquellos que mejor le entenderían.
– El duelo y las redes sociales: Para el doliente que está fuera de su hogar y se encuentra en un entorno cultural distinto, las redes sociales van a ser casi el único medio a través del cual se sientan apoyados por su gente, así como una vía para estar más cerca de las costumbres de su cultura frente al duelo. El hecho de acceder a través de las redes sociales a, como mínimo, una pequeña parte de la elaboración del duelo tal y como lo vive su comunidad, influirá positivamente en quien está viviendo la pérdida a la distancia.
Fuente: FundacionMLC.org