Cuando hemos perdido a alguien cercano, el primer año desde su partida es muy diferente a todos los anteriores; es más difícil. Durante Navidad, Año Nuevo, su cumpleaños, el Día de la Madre o del Padre, por mencionar algunas celebraciones, la ausencia de ese ser querido se siente aún más dolorosa, por lo que pareciera que estas fechas se viven con mayor incomodidad al no saber cómo enfrentarlas.
También hay otro momento que genera gran tristeza entre las personas, el cual tiene relación con el aniversario de fallecimiento del ser querido. En la medida que se va a acercando esta fecha, es normal sentir que las emociones ingresan a una gran montaña rusa, y que los recuerdos que pensabas superados vuelvan a la mente con gran intensidad.
Pueden haber pasado varios meses, incluso años, pero pareciera que el dolor se reactiva en los aniversarios de fallecimiento, aunque la pérdida de ese ser querido no haya sido reciente. Muchas personas interpretan esta reacción como un retroceso o una vuelta atrás en el proceso de duelo. Sin embargo, se trata de un hecho totalmente normal y esperable.
Pese a ello, podemos darle una vuelta al dolor que sentimos, y ver el aniversario de fallecimiento como una forma de recordar desde lo positivo a quien ya partió. Una ceremonia conmemorativa puede brindar a los familiares y amigos la posibilidad de compartir los momentos vividos con quien falleció, como historias personales, anécdotas y traer a la memoria sus principales características, aquello que lo hacía único.
Para afrontar estas fechas de gran emocionalidad, es importante prepararse física y espiritualmente con anticipación. Hablar con la familia sobre las actividades que te gustaría hacer durante ese día, de seguro ayudará a sobrellevar el aniversario de fallecimiento de quien ya partió. Ahora ¿cuál es el mejor homenaje que puedes realizar? Lo importante es buscar con pasión una actividad que te entregue la calma y felicidad que tanto necesitas en tu vida.