Lamentablemente en Chile la tasa de suicidios aumenta cada año, y generalmente detrás de cada caso hay familias y niños, a los cuales muchas veces no sabemos cómo explicarles la situación.
El tema del suicidio es un tema tabú, por lo que frecuentemente no nos atrevemos a hablar de ello e intentamos a toda costa no mencionarlo delante de los niños. Entonces hablar con tu hijo sobre el suicidio de una persona cercana puede parecer una labor imposible, sobre todo cuando tú mismo estas desbordado.
¿Cómo dar la noticia de la muerte por suicidio de un ser querido a los niños de la familia? Ciertamente es un gran desafío, por lo que es bueno tener en cuenta las siguientes consideraciones:
¿Quién debe informar?
Es mejor para un niño si esta información se la proporciona uno de sus padres u otra persona en la que confíe, en un lenguaje que pueda entender y en un ambiente familiar y reconfortante.
¿Qué se debe decir?
A la hora de comunicar la noticia, lo mejor es darles una explicación adecuada a su edad. Es preferible ser sincero y honesto sin que sea necesario entrar en demasiados detalles. Se debe hablar con la verdad respecto al tema, explicarle al niño las razones que puede haber tenido esa persona para llegar a tomar esa dura decisión, sin adornar o cambiar los hechos.
Muchas veces no contar la verdad, o decirle al niño que no debe mencionar el tema, hace que se transforme en algo tabú, dándole a entender al menor que no se puede volver a mencionar, con posibilidades de transformarlo en un secreto familiar que solo genera vergüenza. Al no tener una explicación sincera, los más pequeños de la casa tienden a inventarse sus propias historias, provocando aún más confusión, miedo y aislamiento.
Es muy probable que el niño tarde o temprano se entere de lo sucedido, arriesgándonos a que sea de manera inadecuada (respecto a la forma o cantidad de información que se le entrega), dañando así la relación que tenemos con él, con respecto a la pérdida de confianza.
Es bueno mencionar que no existen maneras buenas o malas de fallecer, sino que existen diversas formas, las cuales son consideradas adecuadas por algunos, mientras que para otros no lo son.
Enseñanza:
Es bueno aprovechar la ocasión para enseñarle al niño que todos tenemos dolores emocionales, y que las personas sienten pena, ansiedad y angustia, pero que también tenemos maneras de hacerle frente a esas situaciones, movilizando nuestros recursos para enfrentar esas épocas difíciles de la vida. Hay que transmitir a los menores que hablar con otros es una forma de manejar situaciones dolorosas. Compartir nuestras preocupaciones e inquietudes nos ayuda a sentirnos mejor y puede que nos permitan encontrar una solución.
Es necesario que los incentivemos a la expresión de sus emociones, preguntando cómo se sienten, comentándoles que sentir pena o rabia es absolutamente normal, así como lo es no saber qué sentir. Procuremos dejar siempre la puerta abierta, para que ellos busquen la contención y el espacio de expresión cuando lo deseen.