El duelo puede generar un impacto emocional y físico muy significativo en todos nosotros, pero estos efectos pueden ser más complejos para las personas mayores. Perder a alguien cercano, especialmente a una pareja, puede generar que las vulnerabilidades propias de la tercera edad se acrecienten.

Las personas mayores también tienen más probabilidades de experimentar el duelo, a medida que sus amigos y seres queridos llegan al final de sus vidas. Esto puede hacerlos sentir que su hora de partir también está cerca, lo que puede generar sentimientos de ansiedad y soledad.

Entendiendo el duelo

Las implicaciones prácticas y el impacto físico del duelo pueden ser mucho peores en la vejez. Cuando apoyen a una persona mayor después de la pérdida de un ser querido, tenga en cuenta lo siguiente:

– El dolor puede tener un impacto en su salud física.  Los estudios han demostrado que las personas mayores tienen más probabilidades de sufrir problemas de salud graves después de la muerte de un ser querido, debido al aumento de los niveles de estrés.

– Pueden perder el apetito. Muchas personas experimentan una disminución del hambre a medida que envejecen, pero el dolor puede empeorarlo aún más. Es posible que se sientan incapaces de comer durante varios días.

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– El dolor puede afectar su capacidad de pensar con claridad. El duelo puede generar sentimientos de confusión en todos, pero para los ancianos esto puede ser más intenso, con episodios de olvido, desorientación y desorganización.

– Para algunas personas mayores, perder a un ser querido puede significar no contar más con un cuidador o un sistema de apoyo, lo que lleva a grandes cambios en el estilo de vida. Es posible que necesiten mudarse a un alojamiento protegido o un hogar de ancianos, lo que aumenta aún más su estrés.

¿Cómo ayudar?

Al igual que cualquier persona que haya perdido a un ser querido, la clave para apoyar a una persona mayor afligida es estar ahí cuando te necesitan, escucharlos y no ignorar el hecho de que están pasando por un momento increíblemente difícil. Hay algunas otras cosas claves que pueden ser particularmente útiles para tener en cuenta al acompañar a los ancianos en el dolor:

– Pasa tiempo con ellos: hacerles compañía es muy importante. Puede ser tan simple como compartir la once, ver la televisión juntos o simplemente conversar.

– No tener miedo de hablar sobre los seres queridos que han partido: al contrario de lo que se piensa, hablar de las personas que amamos las mantiene vivas en nosotros. Por eso se aconseja contar historias que ambos recuerden, preguntar por ellos e interesarse.

– Estar atentos de su bienestar: la salud puede empeorar y debemos estar atentos para atender cualquier síntoma, ayudándolos también a tomar las horas al doctor y acompañándolos.

– Cocinarles y hacer las compras: comer alimentos saludables puede ser vital para mantener la fortaleza física y anímica. Asegúrese de que tengan muchas comidas fáciles de preparar para los días y semanas venideros. Cocinar también es una forma de brindar amor.

– Sacarlos por el día: hacer paseos o caminatas les hace muy bien. Tomar sol ayuda a nuestro cuerpo a mejorar el ánimo. Si al principio se niegan, seguir ofreciéndoselos es buena idea, ya que hay días mejores y otros más tristes.

Por Josefa Jáuregui, psicóloga.

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