La vida es maravillosa, pero parte de ella también es la muerte, y cuando esto sucede una gran duda que surge entre los familiares y amigos de un doliente es cómo transmitir el mensaje a los niños. Muchas veces los adultos no quieren hablar del tema para evitar el sufrimiento de sus hijos y evitar consecuencias emocionales.
A las personas, independiente de la edad, nos gusta que nos consideren incluso en la adversidad. Cuando transmitimos la noticia a los niños, esta situación los hace sentir valorados e integrados en un momento difícil para todos, y además los hace sentir seguros en un contexto que les brinda un espacio para expresarse y aclarar sus dudas.
El comunicar esta noticia puede incluso ayudar al niño a evitar culpas o responsabilidades en la situación misma del fallecimiento, y además es fundamental para que pueda comenzar a elaborar su propio proceso de duelo.
Lo relevante es que, al incorporarlos, los adultos puedan conversar de los sentimientos y preocupaciones que surjan, situación que no se daría si negamos la posibilidad de sumarlos en este proceso. Es por eso que, personalmente recomiendo que los padres o figuras más significativas sean los responsables de transmitir la noticia, ya que desde esa confianza ellos podrán expresarse y preguntar todo lo que necesiten.
Sin embargo, es importante aclarar que el concepto de muerte como tal se comprende en función del desarrollo cognitivo, esto significa que a medida que el niño se va desarrollando es capaz de entenderlo por completo, y comprender lo irreversible del concepto. Por eso, el mensaje debe estar adecuado a su edad, sin usar explicaciones abstractas o dar demasiado detalles innecesarios.
No existe una forma única para comunicar o sobrellevar una pérdida, debido a que el mensaje en su forma y fondo siempre quedará al criterio de cada adulto que lo transmite. Podrá ser considerado algo complejo, pero subrayando lo necesario de la explicación, facilitará la elaboración personal del duelo.
Por Gabriela Diéguez, psicóloga clínica y especialista en duelo y gestión emocional.