La muerte de un ser querido es por sí misma una experiencia llena de desafíos y sentimientos, un momento en el cual muchas veces se cuenta con el apoyo de un grupo de familiares y amigos que se traduce en visitas al hogar o asistencia a ceremonias como funerales o velorios.
Sin embargo, hay ocasiones en las cuales sea por distancia u otras circunstancias ajenas a nosotros, el acompañamiento no puede hacerse de forma física. Según la psicóloga del programa Contigo en el Recuerdo, Magdalena López, estos ritos funerarios “tienen un valor fundamental a nivel emocional, ya que se vive la contención social”, pero cuando no se pueden realizar “se complejizan ciertos aspectos de duelo”, y por eso “es de suma importancia que se pueda experimentar dicha contención, ya no desde un abrazo tal vez, pero sí a través de otros medios”.
Apoyo en los tiempos actuales
La principal herramienta que tenemos hoy es el uso de distintas tecnologías. Por ejemplo, existen aplicaciones que nos ofrecen la posibilidad de hablar con el doliente de forma virtual, o participar de alguna ceremonia íntima donde cada persona pueda decir algo.
No hay que olvidar tampoco de la existencia de las llamadas telefónicas o cartas. Si bien son un recurso que se usa cada vez menos, sobre todo las cartas, el doliente, especialmente quienes estén más acostumbrados a recibir llamadas de voz o correos electrónicos, agradecerá ese contacto y la posibilidad de escuchar o leer a la otra persona.
Transmitir los sentimientos
Esta situación resulta muchas veces compleja y genera un malestar el no poder estar junto al familiar o amigo. Sin embargo, lo importante es transmitir los sentimientos al doliente. De acuerdo a Magdalena López, participar de alguna manera en la despedida de la persona que ha fallecido y en el acompañamiento a sus dolientes principales, nos ayudará a expresar nuestro dolor, pensamientos y emociones; sentirnos cerca de la persona fallecida y de sus familiares; compartir recuerdos y, por supuesto, demostrar nuestro apoyo.
Qué decir
Ahora bien, más allá de la forma en la cual hagamos sentir nuestro apoyo, el acompañamiento tiene una serie de recomendaciones.
Debemos expresar nuestra preocupación por el fallecimiento del ser querido, siendo genuinos en la comunicación que entreguemos (esto es, si no sabemos qué decir debemos mencionarlo explícitamente). Es importante además preguntarle a la persona cómo se siente, para así no asumir nosotros cuáles son sus sentimientos.
Pero ¿qué podemos decir? Acá una lista con frases que nos pueden ayudar a entregar ese apoyo a distancia:
– “Si no quieres responder no es necesario, solo quiero que sepas que te quiero y estas en mis pensamientos”.
– “Me duele mucho no poder acompañarte en estos momentos, pero, aunque físicamente no me veas, estoy contigo en tu sentir”.
– “Haremos una pequeña ceremonia de despedida a la distancia, y te enviaré fotos de ella”.
– “Hemos puesto su foto en nuestra casa, mientras no podamos reunirnos a despedirlo”.
– “Te estaré llamando por si necesitas hablar, quiero que sepas que estoy disponible para ti”.
En definitiva, el denominador común es tratar de estar en contacto con el o los dolientes, donde la tecnología puede ser un gran aliado, hacerles sentir que existe preocupación por su estado de ánimo y que se puede contar con el apoyo, aunque la distancia y las circunstancias impidan un contacto físico más directo.