Cuando fallece una persona muy cercana a nosotros, nos es muy difícil volver a retomar las rutinas, y uno de los desafíos más grandes es volver a trabajar, debido a que en nuestras vidas se ha generado un antes y un después luego de la pérdida. Sin embargo, el mundo sigue girando y en algunas empresas están esperando a que el deudo llegue a funcionar con todas sus facultades intactas, desconociendo que eso implica un gran esfuerzo para él o ella.
En un doliente se generan una serie de síntomas emocionales, conductuales, físicos y cognitivos, que son de difícil manejo, y que en ocasiones lo hace sentir más vulnerable. Por lo tanto, frente al duelo, las personas no solo tienen que sufrir el dolor por la pérdida, sino que también se les hace difícil el relacionamiento con los demás, debido a no pueden evitar las manifestaciones de dichos síntomas en contextos que no son tan adecuados.
Por este motivo, es mejor prever este tipo de situaciones con anterioridad, ya que pueden ser complejas e incómodas, tanto para quien sufre una pérdida, como para quienes le rodean. Un ejemplo de esto son los desbordes emocionales qué pueden presentarse a lo largo del día, o también la incomodidad que genera el tener que informar que estamos en duelo y que hemos perdido a un ser significativo en nuestras vidas.
En el caso de los desbordes emocionales son muy frecuentes en el proceso de duelo, especialmente durante los primeros meses. Por esta razón, es necesario buscar una alternativa de solución para cuando éstos aparezcan. Por ejemplo, tener identificado un lugar donde poder resguardarte o donde estar con mayor tranquilidad, o encuentra palabras para poder escusarte sin causar preocupación en quienes te rodean; puedes decir, por ejemplo: “hoy no me siento muy tranquilo”, “estoy un poco angustiado” o “estoy con mucho dolor, pero no es necesario que se preocupen, solo déjenme un minuto tranquilo”. Puede favorecer mucho a tu entorno y a ti prepararte para enfrentar ese tipo de momentos.
Se debe tener presente qué es muy probable que las personas y los compañeros de trabajo no sepan cómo relacionarse con el doliente, les cueste darle el pésame o simplemente tengan dudas sobre que esperar con esa persona. En ocasiones, incluso desconocerán que está viviendo un proceso de duelo.
Una de las cosas que debes tener en cuenta es no asumir que otros saben que sufres. En general las personas no saben cómo dar una noticia de este tipo, ni siquiera tienen claridad sobre la importancia de entregar esa información, ya que piensan que puede atentar contra la privacidad del deudo.
Sin embargo, la persona que sufre una pérdida se encuentra en un proceso muy diferente al habitual, y requiere del apoyo de sus cercanos para lograr adaptarse de mejor manera a su situación actual. Por este motivo, se aconseja que la organización informe a sus empleados cuando uno de ellos se ve afectado por un fallecimiento cercano.
Si los demás desconocen de tu situación y quieres que sepan, deberás decirlo tú y comunicar tu estado de ánimo actual. Lo anterior puedes llevarlo a cabo de diferentes formas:
– A través de las redes sociales.
– Correo electrónico o llamadas telefónicas.
– Decirle a tu jefe que se lo comunique a tus compañeros de trabajo en tu ausencia.
– Pedirle a un compañero de confianza que se lo diga a los demás en tu nombre.
– Reunirte con tus compañeros más significativos antes de comenzar a trabajar.
– Por grupos de Whatsapp.
Al comunicarlo a tus compañeros, algunos te podrán ayudar a estar mejor mientras estás afligido. Con esto también podrás aliviar a tus pares de situaciones que pueden ser potencialmente incómodas, como darte el pésame, o saber qué decirte. Es conveniente que incluso manifiestes de manera concreta que pueden hablar del tema o expresar sus condolencias si así lo desean, o que, por el contrario, que cuando vuelvas al trabajo no te mencionen el tema durante un tiempo. No existe una forma correcta o incorrecta de hacer las cosas, dependerá de lo que tú creas necesitar en ese momento, es por ello que la elección es tuya dependiendo de cómo te sientas.
Recuerda que debes permitirte llorar o estar triste, porque es normal y natural durante el proceso de duelo. Piensa dónde podrías realizar esta expresión de emocionalidad, pero no luches por evitarlo.