Una de las razones por las cuales a las personas les cuesta tanto hablar sobre la muerte, se debe a que, en diversas ocasiones, los adultos temen escuchar preguntas incómodas acerca de este tema, para las cuales muchas veces no tienen respuesta.
Es así como es inevitable pensar que, para poder tener respuesta y certezas a las interrogantes sobre el fallecimiento de un ser querido, quizás sea necesario haber enfrentado una situación como esa. Pero, es importante tener en cuenta que hay mensajes que pueden ser de gran ayuda al momento de conversar sobre la muerte con tu familia, sin tener la necesidad de inventar o mentir.
A continuación, mencionamos tres preguntas que comúnmente surgen entre los más pequeños de la casa, y sugerencias de como dar respuesta a esas interrogantes.
1.- ¿Qué es la muerte?
Independiente de nuestras creencias religiosas acerca de si hay o no un más allá, es importante recordar que los niños, a su corta edad, aún no pueden asimilar la idea de eternidad, por lo que esos conceptos pueden generar angustia en ellos.
Es por eso que, para estos casos, la famosa psiquiatra suiza, Elisabeth Kúbler-Ross, quien dedicó su vida a trabajar con niños enfermos de cáncer, reconoce que, una alternativa, es explicarles a los más pequeños que fallecer es como “dejar de ser oruga para convertirse en mariposa, y que tras la muerte uno se siente siempre bien”.
Quizás esta sea una buena forma de explicar qué es la muerte, ya que les puede generar alivio a los niños, y porque también les permitirá tener una respuesta hasta que ellos crezcan y desarrollen su propia idea sobre el tema.
2.- ¿Por qué muere la gente?
Todo lo que nace debe morir para que otros seres puedan nacer también. Esta frase queda en evidencia en la naturaleza, donde se puede constatar concretamente los ciclos de la vida y la muerte. Ejemplo de esto es que las hojas deben caer para dar paso a los frutos, ya que el árbol vuelca sus energías a desarrollar con todas sus fuerzas a ese nuevo ser.
3.- ¿A dónde se van las personas cuando mueren?
En este caso, el adulto puede responder con sinceridad diciendo que no sabe, y de querer, puede agregar que para muchas personas fallecer es pasar a una forma de vida diferente y mejor, lo cual también puede ser una opción.
Mostrar como a lo largo de la historia las diferentes culturas tienen concepciones diferente de la muerte y cómo éstas se preparan para ella, suele ser un recurso que facilita la comprensión en los niños.
Tal vez un ¿cómo te gustaría a ti que fuese? o ¿cómo piensas tú que es?, también puede servir.
Fuente: Sorkari Psicología y formación. La escuela: una amiga en el duelo.