Los niños al sufrir el fallecimiento de un ser querido necesitan un lugar seguro para hablar de sus sentimientos. El juego es el lenguaje de los niños, por lo que les proporciona seguridad, apoyo y tranquilidad para poder expresar su dolor y emociones. El juego permite que el niño conecte con sus sentimientos, las trabaje y las integre.
A continuación, se describen algunas técnicas lúdicas para trabajar el duelo con los niños:
Dibujo: el dibujo es muy eficaz para los niños que tienen problemas con verbalizar sus emociones. Se le puede pedir al menor que dibuje sus sentimientos o que ilustre aquello que le da miedo o tristeza, y luego pedirle que explique la imagen realizada por él o ella.
Carta: se le puede pedir al niño que le escriba una carta al ser querido fallecido, que plasme en ella todas aquellas cosas que le gustaría decirle a quien ya partió. Es importante decirle que nadie leerá este texto para que así pueda expresarse con seguridad. De igual manera, si es que el menor siente mucha rabia, tristeza o miedo, se le puede pedir que redacte alguna de estas emociones, diciéndoles qué le hacen sentir y que quiere que se vayan. Esto lo ayudará a reconocerlas de mejor manera y poder manifestarlas.
Reloj de sentimientos: en un trozo de papel o de cartón se le pide al niño que dibuje un reloj, y la idea es que la manecilla se mueva, por lo que se le puede poner un clip para fijarla. En lugar de números, se le pide al menor que haga distintas caras que representen diversas emociones: alegría, tristeza, indiferencia, enojo y miedo. El propósito es que pueda utilizarlo, y se le pregunte por qué ha señalado esa cara en concreto y debe intentar explicar cómo se siente y por qué. Si el pequeño se siente mejor después de hablar de sus sentimientos, debe mover la manilla hacia la cara que mejor lo identifique, ya que sus emociones pueden haber cambiado. El objetivo es que el niño pueda identificar, expresar y reflexionar en torno a sus sentimientos de una manera más lúdica y conocida para él.
Cofre de secretos: el niño debe elegir una caja de zapatos y decorarla como quiera, la cual se convertirá en su cofre de secretos. Se le dice al menor que este cofre es para que el guarde imágenes u objetos que le recuerden a su ser querido fallecido. Es importante explicarle que el cofre es suyo y que nadie debe abrirlo sin su permiso. De esta forma, los pequeños pueden tener el cofre en casa y abrirlo siempre que quieran conectarse y recordar a esa persona especial.
Por: María Paz Undurraga, psicóloga.
Fuente: Espelt, A. (2015). Cómo elaborar las pérdidas de la infancia: una propuesta didáctica para abordar el duelo en niños de 3-6 años. Universidad Internacional de la Rioja.