Presión en el pecho, palpitaciones, náuseas y hormigueo: la tristeza del duelo puede manifestarse dolorosamente a través del cuerpo. Debemos estar atentos, buscar ayuda y hablar de lo que estamos sintiendo sin avergonzarnos.
“Es como si alguien se hubiera sentado en mi pecho”; “Siento que todo comienza con la garganta cerrándose, baja por el estómago y parece como si el corazón fuera a explotar”; “Me duele el pecho, me falta de aire y siento que la garganta se cierra”; “A veces tengo náuseas, las manos y brazos entumecidos”. Estas descripciones provienen de personas que han perdido a un ser querido y están enfrentando un dolor emocional muy fuerte.
Los dolores del duelo son sensaciones reales que pueden ser pasajeras o persistentes. Según la Sociedad Psicológica Británica, dado que las personas reaccionan de formas diferentes al dolor emocional, aún no hay una lista uniforme sobre los síntomas que lo caracterizan. Sin embargo, los investigadores del área identifican algunos de éstos: estómago revuelto, corazón acelerado, temblores e hipersensibilidad al ruido.
Como nuestras defensas caen tras un largo período de estrés, perder a alguien que amamos nos puede dejar vulnerables frente a todo tipo de enfermedades. Un estudio de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, descubrió que quienes recientemente han pasado por un duelo – especialmente los adultos mayores – pueden presentar una reducción en las funciones de los neutrófilos. Estos últimos son un tipo de glóbulo blanco que ayudan a combatir las patologías infecciosas como la neumonía.
El hecho de que el duelo no constituya una patología no impide que la persona que está viviendo este proceso, sienta su dolor de manera física. Los estudiosos relatan, por ejemplo, que los dolores del corazón no son una mera figura literaria. De hecho, en investigaciones realizadas por la Universidad de California, en Los Ángeles, se demostró que la parte del cerebro que procesa el dolor físico es la misma encargada de procesar el dolor emocional.
Quien está sufriendo por la pérdida de un ser querido suele decir que tiene palpitaciones y dolores a la altura del pecho. Según los médicos, éstos pueden ser los síntomas del llamado “síndrome del corazón partido”, o cardiopatía de Takotsubo, la cual surge, generalmente, como consecuencia de un fuerte estrés físico o emocional. Los expertos creen que este síndrome puede ser, en realidad, un mecanismo de defensa del corazón frente a las descargas de adrenalina que suelen acompañar diversas situaciones.
Es importante que estos dolores no sean subestimados. Lamentablemente las personas no suelen hablar sobre sus dolores, pues temen que tal vez puedan ser imaginarios. Es un gran tabú: sufren en silencio, con miedo de estar enfermando de tristeza. Y la verdad es que pueden estarlo. Es así como se describen tres niveles en el proceso de enfermarse: El primer nivel es el energético, capaz de provocar incomodidad y malestar. El segundo nivel es el funcional, el cual provoca desequilibrios metabólicos. Y el tercero es el orgánico, en el cual pueden manifestarse malestares como la gastritis.
Escuchar las expresiones de su cuerpo, reconocer los dolores y, sobre todo, hablar sin miedo sobre ellos, es el primer paso – y el más importante – para dejar de sentirlos.
No se avergüence de pedir ayuda.
Fuente: ¿Y si hablamos del luto?