El proceso de duelo es una etapa de adaptación a una nueva vida, y como tal, tarda varios meses. Por ello es muy importante el rol que juega el colegio durante este periodo, ya que el escolar, en ocasiones, podrá sentirse emocionado o simplemente tener ansiedad por saber cómo están sus familiares, necesitando mayor apoyo por parte de sus profesores.
La contención emocional que pueda entregar una persona significativa para un escolar, como es el caso de sus profesores, que no se encuentre tan comprometidos con la pérdida, puede ser de mucha ayuda. Este adulto podría brindarle herramientas que le permitan reestructurar y ordenar la experiencia que el menor está viviendo y posicionarse como un vínculo contenedor que le facilite el desarrollo de su duelo.
Regreso a clases de un escolar
El primer día de clases, luego de la pérdida, es importante explicarle al niño que puede encontrarse con muchas experiencias nuevas que serán difíciles de comprender. También se debe conversar con él sobre cómo quiere compartir su duelo, es decir, si será el menor quien hable con sus compañeros de curso sobre este tema, o si prefiere que sea el profesor quien lo haga.
También hay que hacerle saber que sentir miedo, ansiedad, susto, estar inquieto, no querer hablar de lo que pasó o sentir deseos de llorar, son emociones y pensamientos absolutamente normales y necesarios. En este proceso es importante que su colegio, sus profesores y compañeros le brinden muestras de apoyo, y que él sepa que puede contar con ellos en este momento tan difícil de su vida.
Observar el rendimiento escolar
Durante el periodo de duelo, el niño puede bajar su rendimiento académico, lo cual es normal y esperable, ya que el menor tendrá cosas nuevas de las cuales preocuparse. En ese contexto, se recomienda solicitarle a su profesor:
– Revisar que tenga el material necesario para hacer sus tareas y cerciorarse de que anote las cosas importantes.
– Comprobar que ha entendido las materias y las pruebas, dedicándole un tiempo extra para explicarle, de ser necesario.
– Sentarlo cerca de un compañero con quien se sienta protegido, y solicitarle apoyo para que lo ayude a organizar su estudio.
– Permitirle ponerse al día con las materias debido a las ausencias a clases, o porque hay días en que estará más distraído y afectado.
Cambios en la conducta del escolar
El niño durante el duelo puede mostrarse más agresivo y contestador, o aislarse y tener comportamientos destructivos y/o violentos. Esto, porque el menor quizás se siente diferente o tenga pena y frustración debido a la perdida.
En ese caso, es necesario que los adultos les proporcionen a los niños espacios para expresar sus sentimientos y que legitimen esas emociones. Lo anterior se hace más importante, considerando que a los menores les cuesta más entender la pena y el duelo. En este contexto, es fundamental que el o los profesores sean capaces de explicar al alumno que ellos comprenden su rabia y molestia, pero que no aceptarán ese mal comportamiento.
“Comprendo que estés así, que (estés enojado porque echas de menos a…) o (te sientas triste cuando…), pero actuar así no va a ayudarte”
Es importante explicarle al niño que todas las consideraciones mencionadas anteriormente, serán excepcionales y temporales, y que lentamente se volverá a la normalidad.
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